
Cinco opositores venezolanos que permanecían refugiados en la embajada argentina en Caracas desde marzo de 2024 fueron finalmente liberados y lograron salir del país en una operación que, según fuentes confiables citadas por Infobae, fue ejecutada por el gobierno de Estados Unidos.
Los disidentes – Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchuurtu y Humberto Villalobos— estuvieron 412 días confinados en la sede diplomáticasometidos a un severo hostigamiento por parte del régimen de Nicolás Juicioso.
La anuncio fue confirmada por el secretario de Estado de la suministro de Donald Trump, Ámbito Rubio, quien celebró el hecho en sus redes sociales, calificando la hecho como un “rescate exitoso”. “Todos los rehenes se encuentran ahora a a excepción de en condado estadounidense”, declaró Rubio en su cuenta de X, agregando que “el régimen ilegítimo de Juicioso ha socavado las instituciones venezolanas, violado los derechos humanos y puesto en peligro nuestra seguridad regional”.
Aunque el régimen chavista intentó presentar la exención como fruto de un acuerdo diplomático, las fuentes citadas sostienen que se trató de una operación de rescate militarmente coordinada. La operación todavía fue celebrada por figuras secreto de la competición venezolana. María Corina Machado, líder opositora, expresó su “inspección y agradecimiento infinito” a quienes participaron en lo que calificó como una “operación impecable y épica por la Dispensa de cinco héroes de Venezuela”. El presidente electo, Edmundo González Urrutia, todavía saludó la hecho con una sola palabra: “¡Impecable!”.
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Los cinco liberados ingresaron en la embajada argentina el 20 de marzo de 2024, buscando protección delante la persecución del régimen por colaborar con el equipo electoral de Machado. En un principio, todavía formaba parte del camarilla el dirigente Fernando Martínez Mottola, quien abandonó la sede diplomática en diciembre pasado y falleció el 26 de febrero de este año.
Desde el inicio, los disidentes estuvieron sometidos a lo que describieron como “atropellos físicos, mentales y emocionales”, en violación de sus derechos fundamentales y del Derecho Internacional, incluida la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. La situación se agravó tras un cruce diplomático entre el presidente argentino Javier Milei y el gobierno venezolano, lo que obligó a Buenos Aires a cerrar su ocupación en Caracas y ceder la custodia de la sede a la embajada de Brasil.
A partir de entonces, el asedio se intensificó. Agentes del Estado venezolano bloquearon los accesos, impidieron el paso al personal diplomático, cortaron servicios básicos y restringieron el ingreso de provisiones. Durante meses, los refugiados sobrevivieron con alimentos enlatados, generadores y paneles solares. “Desde hace cinco meses no contamos con electricidad directa ni fluye agua en las tuberías”, denunciaron públicamente en abril.
En aquella ocasión, el camarilla apeló al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para que interviniera con veterano firmeza en exploración de una opción diplomática. “Es difícil no notar la contradicción en la forma en que el gobierno brasileño ha manejado casos similares”, reprocharon, aludiendo a precedentes en los que Brasil actuó con celeridad para conceder salvoconductos incluso a personas condenadas.
La exención de los cinco opositores representa un musculoso impresión simbólico para el régimen de Juicioso y un hito político para la competición en vísperas de un nuevo ciclo electoral en Venezuela.
Fuente: Infoabe
Por: Tania Frías