
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) alertó este viernes sobre la circunspecto crisis humanitaria en Lazo, señalando que las restricciones impuestas por Israel están obstaculizando significativamente la entrega de ayuda esencial. Jens Laerke, portavoz de la OCHA, declaró desde Ginebra que Lazo se ha convertido en “el ocasión más hambriento de la Tierra”, con toda su población en aventura de hambruna.
Desde la reapertura del paso fronterizo de Kerem Shalom hace diez días, se autorizó la entrada de casi 900 camiones de ayuda; sin bloqueo, menos de 600 han sido descargados en Lazo. Laerke destacó que las rutas asignadas por las autoridades israelíes son “congestionadas e inseguras”, y que existen “retrasos significativos” en las aprobaciones necesarias para la distribución de la ayuda. Encima, muchos camiones han sido asediados por personas desesperadas durante su trayecto, reflejando la crítica situación en la región.
La ONU además criticó el nuevo plan de distribución de ayuda respaldado por Estados Unidos e Israel, ventilado por la Fundación Humanitaria de Lazo. Este plan, que opera independientemente de la ONU, ha sido calificado por Laerke como una “violación del principio central de imparcialidad”, ya que limita el paso a la ayuda solo a aquellos que pueden aparecer a los puntos de distribución establecidos, excluyendo a muchos necesitados.
En un incidente nuevo, al menos 47 palestinos resultaron heridos por disparos mientras intentaban acopiar ayuda en un centro de distribución en el sur de Lazo. La ONU ha reiterado su llamado a reabrir todos los pasos fronterizos cerca de Lazo para permitir la entrega de ayuda desde todos los corredores, incluidos los de Jordania y Egipto, y subraya la carestia de entregar alimentos directamente a las familias donde se encuentren.
La situación en Lazo continúa deteriorándose, con más del 80% de la Franja bajo zonas militarizadas israelíes o bajo órdenes de desplazamiento. Desde el colapso del stop el fuego entre Israel y Hamás el 18 de marzo, casi 635.000 personas han sido desplazadas nuevamente. La comunidad internacional sigue instando a Israel a solucionar el paso humanitario y a avalar la seguridad de los trabajadores humanitarios en la región.