
Hace algunas semanas este fue un tema de discusión en la redacción central de este diario, tras conocerse que el diputado Tobías Crespo había propuesto elevar el monto de las multas por violaciones de tránsito.
Hubo un clamor a coro de que el problema no estaba en el monto de las contravenciones; total entre la mayoría de los dominicanos no existe la civilización de enriquecer multas de tránsito, como siquiera lo hacen con el agua ni la electricidad.
Esto es porque aquí tenemos el método de colocar las infracciones solamente al conductor, liberando al transporte de cualquier restricción por ese concepto.
Aunque parezca extraño, hay países donde la multa se le coloca a la placa del transporte, ya que es un mecanismo más eficaz para cobrarla.
Fíjese que si las multas se colocan a las placas, a todos los vehículos estacionados encima de las aceras se les coloca una contravención, sin importar que el propietario este o no en el circunscripción. Se le dejaría la notificación en el parabrisas.
Esto es sólo un ejemplo. Ahora qué pasa si el país adopta este sistema, pues que todo el que vende o traspasa un transporte se preocupa por hacer la transferencia en un tiempo breve.
Incluso hay países, especialmente en Europa y creó que en Estados Unidos, donde la placa o chapa, la adquiere el ciudadano y cuando transfiere el transporte se queda con ella, y el nuevo adquirente debe comprar la suya.
El resultado positivo de esto es que cada año cuando se renueve el marbete, la placa no debe tener multas pendientes, así como para traspasar un transporte la placa debe estar rescatado de multas.
El circunstancia de la PGR de que el 68,7 por ciento de los infractores de tránsito no paga las multas, revela que el coetáneo mecanismo de cobro no sirve y que hay que pensar en otro que le garantice al Estado el cobro de todas las contravenciones. Al dominicano hay que darle en los bolsillos.
La eficiencia nunca tendrá que ver con el monto. El Congreso puede poner las multas a peso o un millón de pesos y con el coetáneo sistema nadie las pagará, porque el problema es cultural.
Sobre la penalidad a los conductores será tema de otro artículo.