
En la cocina, acumular correctamente las frutas y vegetales puede marcar la diferencia entre frescura prolongada y desperdicio prematuro. Aunque algunos productos pueden convivir sin problema, otros aceleran el proceso de maduración y pueden afectar negativamente a sus compañeros.
Expertos en conservación de alimentos señalan que ciertos productos desprenden etileno, un gas natural que estimula la maduración.
Ejemplos de estos son las manzanas, plátanos y tomates, que pueden acelerar el envejecimiento de verduras sensibles como las zanahorias o el brócoli.
Por otro flanco, productos como las cebollas y las papas deben almacenarse por separado, ya que las cebollas pueden provocar que las papas se deterioren más rápido.
En cambio, los cítricos, como naranjas y limones, pueden mantenerse juntos sin problema en un superficie fresco y seco.
Perseverar una correcta ordenamiento en la despensa y el refrigerador no solo preserva la calidad de los alimentos, sino que incluso ayuda a estrechar el desperdicio y optimizar las compras.
Especialistas recomiendan acumular ciertos vegetales en recipientes perforados o en bolsas de papel para mejorar la circulación del garbo y evitar la humedad excesiva.