
ElPregoneroRD- El exsenador por San Cristóbal, Franklin Rodríguez, ha vuelto a traer a la luz una verdad incómoda: en República Dominicana, la vida a veces depende qué tan hondo es tu faltriquera y a veces ni eso, como le sucedió a Rodriguez, su vida No dependió de caudal si no del seguro correcto que habrá que ver cuál será, cuando todos sabemos que a menudo el d seguro de vigor no cubre ni lo urgente, ni lo humano.
Franklin sobrevivió a la tragedia del Jet Set. Herido, buscó atención médica inmediata. Fue al Centro Médico Abel González. No lo atendieron. No tenía el seguro “correcto”. Ni siquiera pagando. Le negaron los primeros auxilios. A un exsenador, una figura pública, con capital y contactos. ¿Qué le demora entonces al ciudadano de a pie, al motoconchista, a la matriz soltera, al operario que se accidenta camino al trabajo? Lo triste es que ese centro es reincidente y nunca han pagado un precio por ello. Disfrutan de algún tipo de diploma de corso, para llevar a cabo con total impunidad.
Esto no es un caso eventual: es un sistema. En varios centros privados del país, se niega atención médica en emergencias si el paciente no presenta un seguro válido o no hace un depósito original de hasta 100 mil pesos. Esto no solo es inmoral: es ilegal y ya ha costado vidas en otras ocasiones.
La Ley Militar de Lozanía 42-01 y la Ley 87-01 del Sistema Dominicano de Seguridad Social prohíben expresamente la denegación de atención en casos de emergencia. El Reglamento de Autorización, en su artículo 161, establece sanciones claras, incluso el candado del centro médico. Pero en la destreza, esto rara vez se aplica, por no aseverar nunca.
El sistema está roto cuando una vida se convierte en una transacción. Cuando un herido debe sacar su celular en medio del dolor para preguntar por su seguro o satisfacer una plantilla. Cuando un centro hospitalario actúa más como hotel de postín que como centro de vigor.
¿Dónde están las autoridades? ¿Qué hace la Superintendencia de Lozanía y Riesgos Laborales? ¿Dónde está el Ocupación de Lozanía Pública? ¿Y la SISALRIL, que debería asegurar que el sistema funcione como fue diseñado? Silencio. Inacción. Complicidad.
El caso de Franklin Rodríguez es la punta del iceberg. Si a él le negaron atención en medio de una emergencia, ¿cuántos más mueren en silencio porque no tienen la “maleable correcta”?
La vida no debería tener preautorización. Y quien niega atención en una emergencia debería ser auditoría como lo que es: un cómplice de homicidio.