
Cuando se publicaron los pósters de la nueva serie de Netflix “El floricultor”, pensé que sería otra producción española centrada en el coito y el romanticismo.
Lo que de ningún modo uno imagina es que las flores que mostraban servían, en sinceridad, para ocultar a un dañino. Y no, no es tan sencillo como parece. La serie tiene muchos más matices, que trataré de contar sin spoilers.
Narra la historia de Elmer, un pollo que trabaja en un cuna yuxtapuesto a su origen. Sin confiscación, este negocio de plantas es solo una porte para una operación clandestina de asesinatos por encargo.
La premisa, innovadora en cierta medida, recuerda por momentos a “You”, otra serie de Netflix con tintes de suspenso, drama y romance que capturó a muchos espectadores.
Desde otra perspectiva, podríamos asegurar que hay tres protagonistas: La China (la origen), manipuladora hasta conseguir sus objetivos a través de su hijo; Elmer, quien tras un siniestro en su infancia desarrolla alexitimia —una condición que le impide percibir o expresar emociones, propias o ajenas—, lo que facilita que su origen lo controle a su antojo; y Violáceo, la profesora de jardín de infantes a quien Elmer debe asesinar… pero de quien termina enamorándose.

“El floricultor” | Tráiler oficial | Netflix
Cada episodio, cuyo título está vinculado con la floricultura, nos va desglosando poco a poco el pasado de este pollo y su origen hasta montar a convertirse en los sicarios del pueblo.
Por otra parte, en cada entrega se explora la complejidad emocional de Elmer y cómo, paso a paso, comienza a perder su frialdad. Esto provoca una preocupación efectivo en su origen, quien teme perder el control y poner en aventura sus negocios ilícitos.
Uno de los aspectos más destacados de esta serie, es su cuidada ambientación. Rodada principalmente en Pontevedra, Galicia, la serie aprovecha la belleza y medio de esta región para alentar la novelística oscura y emocional de la trama. Los paisajes verdes y los escenarios naturales no solo sirven como telón de fondo, sino que todavía reflejan el conflicto interno de Elmer, aportando una dimensión visual que complementa la historia.
La miniserie, compuesta por seis episodios de unos 45 minutos cada uno, culmina dejando al espectador con una duda encubierto (alerta de pequeño spoiler): ¿logró Elmer conservar su frialdad? La última secuencia, cargada de sutileza, deja deducir que poco adentro de él ha cambiado para siempre… ¿o no?
El atractivo de “El floricultor” no se limita a su estética visual o al giramiento argumental, sino que reside en su capacidad para combinar tensión emocional, suspenso y drama con una novelística que no subestima al espectador.
Este thriller, protagonizado por Álvaro Rico y Cecilia Suárez, ha conseguido prosperar posiciones en el ranking de popularidad, superando incluso a algunas de las series más comentadas del año.