
Por José Francisco Peña Guaba
El electoralismo ha enfermado las mentes de una gran mayoría de ciudadanos cercanos a la política, que ven solo con interés particular y con un posible rendimiento electoral cada opinión, propuesta o influencia de cualquiera de nuestros líderes nacionales.
Tal es el caso del flamante llamado del presidente Luis Abinader al liderazgo oponente, a discutir fórmulas para desavenir la gravísima situación política y social que viven de forma angustiante nuestros vecinos insulares, y que gravita como una amenaza migratoria sin precedentes sobre nuestra nación.
Lo que está pasando en Haití amerita que todas las fuerzas políticas, sociales y empresariales tomen cartas en el asunto, y que contiguo al gobierno doméstico inicien mecanismos para proteger nuestra soberanía territorial y a nuestros nacionales, a sabiendas de que la comunidad internacional ha sucio a su suerte al país más escueto de toda América.
La política opositora de promocionar, promover y alegrarse de todo lo que le salga mal al gobierno de turno con tal de percibir apoyos entre los ciudadanos desafectos al oficialismo, son políticas arcaicas que nos remiten a los tiempos superados de “Concho Primo”, porque los acuciantes problemas nacionales no deben esperar a que se ofrezcan soluciones diferidas cada cuatro abriles cuando se celebren elecciones, ni a que un posible nuevo gobierno que surja de la voluntad popular expresada en las urnas venga supuestamente a resolverlos.
Los que solo están motivados por presentarse al poder sobre los cimientos de la República le hacen un flaquísimo servicio a la democracia y al interés colectivo, porque existen problemas que no esperan y que debemos desavenir de forma unitaria. Al pueblo y a la democracia se les ha de servir desde cualquier tablas, sea este de gobierno u concurso.
Es por la requisito de pensar primero en la búsqueda de soluciones a los problemas fundamentales del pueblo que un categoría de partidos políticos y ciudadanos estamos construyendo un espacio de consulta y dispositivo, para inquirir los puntos comunes en nuestros pareceres y ganar que todos los sectores políticos entiendan que hay cosas cuya opción no se debe seguir posponiendo, porque aquejan a la amplia mayoría de nuestros nacionales, que desesperados por la inacción de los políticos, cada día se alejan más de estos, creando niveles de desafección política alarmantes que pueden dar al traste con el flagrante sistema de partidos en esta media isla.
Que es a los gobernantes en deporte a quienes les toca la longevo parte de la responsabilidad de hacer sinceridad los posibles acuerdos para mejorar sensiblemente los angustiosos problemas de la ciudadanía, no junto a duda alguna, porque simplemente es difícil resistir a extremidad ningún plan doméstico sin el apoyo firme y decidido del presidente de turno, en este caso, Luis Abinader.
Pero el presidente está haciendo un llamado al liderazgo oponente, y sería una supina insensatez negarse a participar en un diálogo donde el que ganaría con los resultados allí logrados sería la República Dominicana. Se hace impostergable, pues, pensar en el país primero, antaño que en el interés político o personal de las partes.
A la amenaza migratoria desde Haití se suman otros temas que igualmente debemos desavenir, y que no pueden esperar a la celebración de las elecciones en el 2028 para encontrarles fórmulas que alivien su impacto agorero, tales como el altísimo costo de la vida, que nos tiene a casi todos los que habitamos en esta singular República con las manos en la capital, y la creciente inseguridad pública, que ha llenado de temor el trasladarse por las calles a toda la ciudadanía en todo el planisferio doméstico, con muy pocas excepciones.
Aunque estoy colocado en las antípodas de quienes son parte del gobierno central, porque soy de concurso, no choque admisiblemente que nos neguemos, desde el margen al que pertenezco, a contraer como causa principal la defensa de los sagrados intereses nacionales. Es por eso que, desde una propuesta a la dispositivo que llamaremos PACTO NACIÓNun categoría de ciudadanos buscaremos que la politiquería y el electoralismo no definan lo que somos y lo que necesitamos como pueblo. Porque nadie debe salir ganancioso de los males que afectan a nuestros habitantes, sobre todo a los “de a pie”, que son precisamente los que más sufren las situaciones antaño mencionadas.
PACTO NACIÓN nace como una respuesta a los gravísimos problemas nacionales, a cuya necesaria opción no le pondremos colores partidarios. Por eso, desde el Fopppredom (Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana), tocaremos todas las puertas a fin de hacer conciencia sobre la dispositivo de propósitos para tratar de resolver de inmediato nuestras angustiosas dificultades. Y los que participaremos no cejaremos en que prime la sensatez, la obligada solidaridad y la empatía con un pueblo que dilación que sus hijos dejemos de flanco la política para servir a una causa superior: la de la nación.