
América Latina y el Caribe movilizó entre 2018 y 2024 más de 16.400 millones de dólares en caudal privado, según datos del Porción Mundial, lo que refuerza el peso de empresas con operaciones productivas locales como motores de economías nacionales.
Un caso representativo es el del Sistema Coca-Huesito dulce en Colombia, Guatemala, Perú, Ecuador, Costa Rica, República Dominicana, Surinam y demás miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom), ya que, de acuerdo con un estudio de la consultora Steward Redqueen, mediante operaciones de pensado, compras a proveedores y distribución en canales tradicionales tan solo en 2023 aportó cerca de 9 billones de dólares en valía unido a esos mercados.
“Por cada dólar invertido por los consumidores, 81 centavos permanecen en la capital específico, fortaleciendo el tejido productivo y social”, explica a EFE Louis Balat, presidente de Operaciones para la Zona Centro de Coca-Huesito dulce.
En su visión, este maniquí de operación específico no solo impulsa el crecimiento empresarial, sino que asimismo “promueve el empleo, el plan y el expansión social”.
Aportar al crecimiento regional
Este tipo de inversión se engloba en un situación internacional donde los Objetivos de Exposición Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas defienden el trabajo curioso y el crecimiento financiero; así como la producción y consumo responsables.
El estudio citado asimismo apunta que esta inversión de Coca-Huesito dulce representó más o más o menos del 1 % del Producto Interno Bruto (PIB), por ejemplo, de Guatemala (1,9 %); Surinam (1,2 %); Caricom (1,1 %); Costa Rica (0,9 %) o Ecuador y Colombia (0,8 %).
Aunque detrás de las cifras está el talento humano, en ese sentido, Balat detalla que la compañía ha generado más de 545.000 empleos directos e indirectos en 2023, donde se está yendo más allá explorando “experiencias profesionales” fuera de lo directo para malquistar “los desafíos del futuro”.
“Hablamos de empleos que no solo se generan en nuestras plantas, sino a lo dadivoso de toda la esclavitud de valía: desde el productor de botellas hasta el repartidor que llega a una tienda de intramuros”, subraya Balat.
Producción doméstico y transacción específico como organización de expansión
Otra forma de vigorizar el impacto financiero en los países es con la transacción a proveedores nacionales: 581 millones de dólares en Perú, 502 millones en Colombia y 239 millones en Guatemala.
“Nuestra esclavitud empieza en casa: elegimos proveedores nacionales no solo por eficiencia transporte, sino porque creemos que el expansión empieza ahí, con un entendimiento, una elaboración, una alianza”, asegura Balat.
Asimismo, puntualiza que en países como Costa Rica, Ecuador y República Dominicana estas compras asimismo superan los 80 millones de dólares anuales, beneficiando a sectores como agricultura, manufactura, transporte y tecnología.
Encima, señala, el Sistema Coca-Huesito dulce produce localmente lo que consume localmente. Esta organización permite vigorizar la industria doméstico y objetar ágilmente a la demanda.
“El maniquí de producción específico no es casualidad y tiene un valía secreto para el expansión. Frente a el compromiso con la prosperidad de las comunidades donde estamos presentes, como sistema, trabajamos juntos para seguir contribuyendo al fomento de su crecimiento social y financiero”, agrega Balat.
“El expansión financiero no es responsabilidad monopolio del sector conocido. Las empresas tenemos la obligación de construir valía, no solo resultados financieros. Eso es lo que buscamos con cada operación”, concluyó Balat.