Los humanos siempre han emigrado para sobrevivir. Cuando los glaciares avanzaron, cuando los ríos se secaron, cuando las ciudades cayeron, la familia se mudó. Sus viajes a menudo eran dolorosos, pero necesarios, ya sea en desiertos, montañas o océanos. Hoy, estamos entrando en un nuevo tipo de migración, no a través de la cosmografía sino en la cognición.

AI está remodelando el paisaje cognitivo más rápido que cualquier tecnología susodicho. En los últimos dos abriles, los modelos de idiomas grandes (LLM) han conseguido el rendimiento a nivel de doctorado en muchos dominios. Está remodelando nuestro plano mental como un terremoto puede alterar el paisaje físico. La prontitud de este cambio ha llevado a una inacción aparentemente vigilante: sabemos que una migración llegará pronto, pero no podemos imaginar exactamente cómo o cuándo se desarrollará. Pero, no se equivoquen, la etapa original de una transformación asombrosa está en marcha.

Las tareas una vez reservadas para profesionales educados (incluidos los ensayos de autor, componer música, redactar contratos legales y diagnosticar enfermedades) ahora se realizan por máquinas a una velocidad impresionante. No solo eso, sino que los últimos sistemas de IA pueden hacer inferencias y conexiones de pellizco fino que se cree durante mucho tiempo requerir una visión humana única, acelerando aún más la requisito de migración.

Por ejemplo, en un neoyorquino disquisiciónEl profesor de Historia de la Ciencia de Princeton, Graham Burnett, se maravilló de cómo el cuaderno de Google hizo un vínculo inesperado e iluminador entre las teorías de la filosofía de la Ilustración y un anuncio de televisión flamante.

A medida que la IA se vuelve más capaz, los humanos necesitarán adoptar nuevos dominios de significado y valencia en áreas donde las máquinas aún vacilan, y donde la creatividad humana, el razonamiento ético, la resonancia emocional y el tejido del significado generacional siguen siendo indispensables. Esta “migración cognitiva” definirá el futuro del trabajo, la educación y la civilización, y aquellos que lo reconocen y se preparan para él dará forma al próximo capítulo de la historia humana.

Donde avanzan las máquinas, los humanos deben moverse

Al igual que los migrantes climáticos que deben dejar su entorno íntimo correcto al aumento de las mareas o el calor creciente, los migrantes cognitivos necesitarán encontrar un nuevo ámbito donde sus contribuciones puedan tener valencia. Pero, ¿dónde y cómo exactamente haremos esto?

Paradoja de Moravec Proporciona cierta idea. Este aberración lleva el nombre del sabio austriaco Hans Moravec, quien observó en la plazo de 1980 que las tareas que los humanos consideran difícil son fáciles para una computadora y al contrario. O, como lo ha hecho informático y futurista Kai-Fu Lee dicho: “Elegamos dejar que las máquinas sean máquinas y deje que los humanos sean humanos”.

La visión de Moravec nos proporciona una pista importante. Las personas sobresalen en las tareas que son intuitivas, emocionales y profundamente vinculadas a la experiencia encarnada, áreas donde las máquinas aún vacilan. Navegando con éxito a través de una calle llena de familia, reconociendo el sarcasmo en la conversación e intuitando que una pintura siente que la melancolía son hazañas de percepción y madurez que millones de abriles de cambio han ilustración profundamente en la naturaleza humana. Por el contrario, las máquinas que pueden amontonar un rompecabezas sensato o resumir una novelística de mil páginas a menudo tropiezan con las tareas que consideramos la segunda naturaleza.

Los dominios humanos ai aún no pueden alcanzar

A medida que AI avanza rápidamente, el ámbito seguro para el esfuerzo humano migrará en dirección a la creatividad, el razonamiento ético, la conexión emocional y el tejido de un significado profundo. El trabajo de los humanos en el futuro no muy distante exigirá cada vez más fortalezas humanas únicas, incluido el cultivo de perspicacia, imaginación, empatía y tino recatado. Al igual que los migrantes climáticos que buscan nuevos terrenos fértiles, los migrantes cognitivos deben trazar un curso en dirección a estos dominios claramente humanos, incluso cuando los viejos paisajes del trabajo y el enseñanza cambian bajo nuestros pies.

No todos los trabajos serán arrastrados por AI. A diferencia de las migraciones geográficas que pueden tener puntos de partida más claros, la migración cognitiva se desarrollará gradualmente al principio y de guisa desigual en diferentes sectores y regiones. La difusión de las tecnologías de IA y su impacto pueden aceptar una o dos décadas.

Muchos roles que dependen de la presencia humana, la intuición y la construcción de relaciones pueden hallarse menos afectados, al menos en el corto plazo. Estos roles incluyen una variedad de profesiones calificadas, desde enfermeras hasta electricistas y trabajadores de servicios de primera vírgula. Estos roles a menudo requieren un madurez matizado, la conciencia encarnada y la confianza, que son atributos humanos para los cuales las máquinas no siempre son adecuadas.

La migración cognitiva, entonces, no será universal. Pero el cambio más amplio en la forma en que asignamos valencia y propósito al trabajo humano seguirá ondulando en dirección a exterior. Incluso aquellas cuyas tareas se mantienen estables pueden encontrar su trabajo y significado remodelados por un mundo en flujo.

Algunos promueven la idea de que la IA desbloqueará un mundo de multitud donde el trabajo se vuelve opcional, la creatividad florece y la sociedad prospera con la productividad digital. Quizás ese futuro vendrá. Pero no podemos ignorar la transición monumental que requerirá. Los trabajos cambiarán más rápido de lo que muchas personas pueden adaptarse de guisa realista. Las instituciones, construidas para la estabilidad, inevitablemente se retrasarán. El propósito se erosionará ayer de que se reinvienta. Si la multitud es la tierra prometida, entonces la migración cognitiva es el alucinación requerido, aunque incierto, para alcanzarla.

El camino desigual por delante

Al igual que en la migración climática, no todos se moverán manejable o igualmente. Nuestras escuelas todavía están capacitando a estudiantes para un mundo que está desapareciendo, no el que está emergiendo. Muchas organizaciones se aferran a métricas de eficiencia que recompensan la producción repetible, lo que AI ahora puede superarnos. Y demasiadas personas se preguntarán dónde encaja su sentido de propósito en un mundo donde las máquinas pueden hacer lo que alguna vez hicieron con orgullo.

Es probable que el propósito humano y el significado sufran una agitación significativa. Durante siglos, nos hemos definido por nuestra capacidad de pensar, razonar y crear. Ahora, a medida que las máquinas adquieren más de esas funciones, las preguntas de nuestro división y valencia se vuelven inevitables. Si las pérdidas de empleo impulsadas por la IA ocurren a gran escalera sin una capacidad proporcional para que las personas encuentren nuevas formas de trabajo significativo, las consecuencias psicológicas y sociales podrían ser profundas.

Es posible que algunos migrantes cognitivos se desesperan. El sabio de IA Geoffrey Hinton, quien ganó el Premio Nobel de Física 2024 por su progresista trabajo en las redes neuronales de enseñanza profundo que sustentan LLMS, advirtió en los últimos abriles sobre el daño potencial que podría provenir de la IA. En un entrevista Con CBS, se le preguntó si se desesperaba por el futuro. Dijo que no lo hizo porque, irónicamente, le resultaba muy difícil tomar (IA) en serio. Él dijo: “Es muy difícil entender el punto de que estamos en este punto muy distinto de la historia donde en un tiempo relativamente corto, todo podría cambiar totalmente. Un cambio en una escalera que nunca ayer habíamos manido. Es difícil absorber eso emocionalmente”.

Habrá caminos en dirección a delante. Algunos investigadores y economistas, incluido el economista del MIT, David Autor, han comenzado a explorar Cómo la IA eventualmente podría ayudar a reedificar los trabajos de clase media, no reemplazando a los trabajadores humanos, sino expandiendo lo que los humanos pueden hacer. Pero entrar allí requerirá un diseño deliberado, inversión social y tiempo. El primer paso es ojear la migración que ya ha comenzado.

La migración rara vez es manejable o rápida. A menudo lleva generaciones para adaptarse completamente a nuevos entornos y realidades. Es probable que muchas personas tengan dificultades a través de un proceso de duelo en varias etapas de traición, ira, negociación, depresión y, finalmente, consentimiento ayer de que puedan avanzar en dirección a nuevas formas de contribución y significado. Y algunos nunca pueden portar por completo.

Hacer frente al cambio, tanto a nivel individual como social, será uno de los mayores desafíos de la era de la IA. La años de la IA no se tráfico solo de construir máquinas más inteligentes y los beneficios que ofrecerán. Incluso se tráfico de portar en dirección a una comprensión más profunda y abrazar lo que nos hace humanos.

Gary Grossman es EVP de actos tecnológica en Edelman y líder mundial del Centro de Excelencia Edelman AI.