
El componente político del pacto para encarar el drama migratorio derivado de la crisis haitiana es propio de una sociedad permeada por los intereses partidarios. No existe una sola actividad carente de un virus que está en todas partes.
Pero aún así un consenso para carear la migración haitiana no debe amoldarse única y exclusivamente al liderazgo político.
Adicionalmente de convocar a los expresidentes Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina, el presidente Luis Abinader debe escuchar al sector empresarial, a los representantes de la sociedad civil y a los defensores de los derechos humanos.
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De lo que se comercio no es solo de un acuerdo político, sino de un pacto franquista frente a una problemática que gravita sobre la seguridad del país. Sobre la presencia haitiana hay muchas posiciones que pueden consensuarse.
Productores agrícolas han solicitado, por ejemplo, que se flexibilicen las deportaciones por la supuesta escasez de mano obra para el sector.
Los bananeros acaban de fallar que necesitan 15 mil trabajadores para labores que por lo regular la realizan inmigrantes haitianos.
Por la importancia que representa para los intereses nacionalesel pacto propuesto por Abinader debe ser ponderado por los tres expresidentes.
La crisis y la inmigración haitiana demandan mecanismo interna, al beneficio de todo tipo de sectarismo. Pero para ampliar su dimensión debería convocarse a todos los sectores relacionados con la problemática migratoria y la crisis haitiana.