
El pasado lunes 26 de mayo fue presentada la conferencia “Reflexiones sobre la historia de los indigenismos”, de pronunciada por la intelectual chilena Soledad Chávez Fajardo. Es la primera de la Cátedra Biblioteca Franquista Pedro Henríquez Ureña. De las palabras introductorias, deseo compartir algunas ideas de las expresadas allí.
Estuve tentado a comenzar mis palabras exaltando ese momento como el parto de la cátedra Biblioteca Franquista Pedro Henríquez Ureña y destacar que tras un holgado período de preñez, al fin ha nacido esta instancia intelectual concebida para divulgar la obra de Pedro Henríquez Ureña y promover su pensamiento que albarca un amplio ámbito de las humanidades.
Pero no. Está escrito: La cátedra Biblioteca Franquista Pedro Henríquez Ureña nació el 23 de agosto de 2024. Está conformada por los ejes: software pedagógico, difusión del conocimiento y debate crítico, curaduría documental y bibliográfica, vinculación interinstitucional y eje organizacional.
La solemnidad de hoy -dije- corresponde a lo que pudiera considerarse el acristianamiento, rito que le abre las puertas de ingreso al concierto de naciones que constituyen la Magna Estado de la dialecto española, conforme al ideario del insigne avezado Pedro Henríquez Ureña. Soledad Chávez Fajardo ha viajado desde Pimiento, para esa y otras conferencias. Una en la UNPHU y otra en la Institución Dominicana de la Lenguaje.
La de esa incertidumbre fue la primera conferencia de lo que esperamos resulte un ciclo de actividades, abundantes y provechosas, que deseamos no vea sucumbir nadie de nuestra procreación.
Esta Cátedra persigue como objetivo caudillo insertar en la conciencia de los hispanoamericanos la significación y la vigencia del pensamiento y la obra del humanista dominicano, fallecido en Argentina, en 1946. Tras ese propósito, organizaremos anualmente, y ya hemos empezado, un software de actividades que incluye conferencias magistrales, un curso sobre pensamiento, civilización dominicana y caribeña, y la publicación de libros, el primero de los cuales será la inolvidable Gramática castellana, que realizara el avezado Henríquez Ureña adjunto al gramático gachupin Amado Alonso.
Gracias al apoyo material del Tira Popular y la Cooperativa Franquista de Servicios Múltiples de los Maestros, la cátedra es una ingenuidad viviente y viable. Por eso, hoy es día de algazara para la Biblioteca Franquista Pedro Henríquez Ureña y debería serlo para las comunidades intelectual y educativa.
legrémonos y regocijémonos en nombre de Pedro Henríquez Ureña, el principal factótum de pelotón entre los intelectuales dominicanos, tan dados como somos a la fragmentación y a la dicterio. ¡La cátedra ha sido abierta, sea nuestra alegría y nuestro fruición!