
@Abrilpenaabreu
Antonio Espaillat no hizo falta que no haga la mayoría de los dominicanos. No fue una excepción, fue un espejo. En este país tenemos odontología en patios, médicos generales practicando cirugías estéticas —y a veces ni médicos son—, maestros constructores fungiendo de ingenieros, y ciudadanos comunes improvisando soluciones técnicas sin formación alguna. Aquí todos, en anciano o beocio medida, nos la jugamos buscando multiplicar el peso, muchas veces sin pensar en las consecuencias.
Y ahora, cuando ocurre una tragedia, todos nos damos golpes en el pecho y decimos que “si yo hubiese sido el dueño del Jet Set, eso no pasa”. ¿Seguro? ¿Cuántos de nosotros compramos gomas usadas? ¿Cuántos contratan un electricista “de patio” para resolver cosas que, si fallan, pueden poner en peligro la vida de toda la grupo? ¿Cuántos edificios no se construyen sobre las trampas de gordura de una casa vieja, sin planos, sin estudios, sin inspección? Pero funcionamos. Hasta que deja de funcionar.
Lo que debería escandalizarnos no es solo la asesinato de 240 personas por una estructura colapsada. Es el hecho de que eso pudo acaecer en cualquier otro superficie del país, porque en República Dominicana lo anormal es que poco esté en regla.
El real escándalo no es que Jet Set operara sin abuso, sino que eso sea la norma. Que cualquiera pueda valer una discoteca, un spa, una clínica estética o una escuela sin que nadie lo supervise. Porque en este país el Estado solo aparece cuando hay un escándalo o cuando el propietario lo lumbre. Nunca antaño. Nunca durante. Solo a posteriori.
El Jet Set pasó de ser cine a discoteca sin que nadie investigara falta. Y según las imágenes, fue remodelado varias veces, especialmente en el techo, sin que se sepa de una sola reconocimiento oficial. Y si vamos más allá: ¿cierto ha inspeccionado toda la plaza? Porque al final, es una misma estructura.
Aquí hay puntos de droga geolocalizados en Google Maps. Hay centros terapéuticos, estéticas y escuelas funcionando sin permisos ni controles. ¿Y nos sorprende que Jet Set operara como lo hacía?
Lo que pasó en Jet Set no es un caso arrinconado. Es el refleja de una sociedad que improvisa, que sobrevive como puede, en parte por civilización, pero asimismo por omisión del Estado. No hay control efectivo del región. Aquí cualquiera puede hacer lo que sea, donde sea… y lo más difícil es que la mayoría de las veces, nadie se da cuenta. No por corrupción necesariamente, sino por partida.
Y sí, esto no es una excusa. Es un alarido de advertencia.
Antier murieron siete en un paso a desnivel. Ayer, fue San Cristóbal por una ataque. Ayer fueron 240. ¿Y mañana?
¿Cuántos más, para que entendamos que no es mala suerte, sino un maniquí de negligencia que nos está matando?