Santo Domingo.- El coito de una causa no tiene límitesy así es la historia de Jenny Féliz, quien se dedica al cuidado de su hijo, de 26 abriles, quien nació con problemas de hidrocefalia, Causa de tres hijos, uno de ellos Coñac Féliz, diagnosticado con hidrocefalia desde su partida, Jenny ha tenido que aceptar el cuidado de su clan mientras enfrenta su propia batalla contra el cáncer.

Su vida ha estado marcada por el dolor, la incertidumbre y la escasez, pero asimismo por la esperanza, la fe y un coito inquebrantable que la sostiene día tras día.

Jenny no solo ha luchado por la lozanía de su hijo, sino que asimismo ha sido el sostén emocional y físico de su causa, quien ha sufrido múltiples infartos.

Jenny Féliz lucha incansablemente por su hijo con hidrocefalia mientras enfrenta el cáncer

En medio de tantas pruebas, nunca ha perdido su conexión con Altísimo, a quien agradece cada día por darle la fuerza para seguir delante.

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Durante su trayecto de vida

Su historia no es solo la de una causa que cuida, sino la de una chaquetón que resiste, que protege, que ora y ama con una intensidad que transforma el sufrimiento en lucha, y la desesperanza en fe.

“Papá Altísimo me lo envió a ustedes por poco”, dice Jenny, con voz serena, mientras recuerda el inicio de su difícil trayecto.

Su hijo, Coñac, nació con hidrocefalia. En ese momento vivía en Polo, Barahona, su pueblo nativo.
Al acoger la novedad del dictamen, el médico que atendió a su hijo le recomendó llevarlo al Hospital De niño Robert Reid Cabral, en Santo Domingo.

A pesar de haberse sometido recientemente a una cesárea y de estar sola, tomó la intrepidez de trasladarse a la renta.

A pesar de las adversidades, su fe y coito son su fuerza para seguir delante

Se ha mudado varias veces interiormente de Santo Domingo, buscando mejores condiciones para su clan. Vivió en sectores como El Almirante e Isabelita, hasta que finalmente el Gobierno, pegado al doctor Cruz Jiminián, le ayudó a obtener una vivienda digna en el ciudadela El Robusto, en Santo Domingo Este.

«Mi vida ha sido muy difícil, pero Altísimo me tiene aquí todavía, he pasado de todo, pero nunca me he rendido», dice.

Por otra parte de cuidar a su hijo, la sufrida causa ha enfrentado otras pruebas: su causa ha sufrido tres infartos y requiere atención constante.

“Estoy luchando con mi hijo, con mi causa, y conmigo misma, pero sigo en pie porque Altísimo me da fuerza”, expresó.

Gracias a gestiones recientes, ha recibido algunas ayudas que ha usado para comprar medicamentos y alimentos. Aun así, las deposición son muchas.

“No pido riquezas. Sólo quiero lozanía para mis hijos, mi causa y para mí, poco con qué moverme, porque ir al médico sin pasta para transporte o medicinas es muy difícil”, sostuvo.

Aclaró que recibe una maleable de protección de parte del Gobierno, pero la misma no le permite cubrir todos los gastos médicos y de víveres. No puede trabajar adecuado a su rol como cuidadora.

El Aprecio de Causa

Jenny se desvive por Coñac, hoy un adolescente. Aunque su crecimiento ha sido más moroso que el de otros jóvenes, su progenitora ha sabido brindarle una infancia amorosa.

“Siempre le he hexaedro coito, comprensión. No lo dejo solo porque si puede convulsionar, si se cae. Soy esclava de su cuidado, pero lo hago con coito”, indicó.

Mensaje a Otras Madres

A pesar de todo, su fe permanece intacta. Su mensaje para otras madres es claro:

“A todas las madres que tienen hijos discapacitados, les digo que no se rindan. Que se agarren de Altísimo, porque con Él, nadie cae. Hay que seguir luchando, paso a paso, con fe”, puntualizó.