

EL AUTOR es ingeniero agrónomo, abogado, escritor y político. Reside en Nueva York.
1 – En esta oportunidad, con gran tristeza, adrede mis condolencias a los familiares que perdieron sus seres queridos en la tragedia del Jet Set ocurrida el pasado lunes 7. Estas desgracias son frecuentes en nuestro país, oportuno principalmente a que no se cumplen con las regulaciones e inspecciones de punto, porque campean la irresponsabilidad e indiferencia con el trabajo de protección a la ciudadanía que les compete a las autoridades en su representación del cumplir con el noble deber de proteger a los ciudadanos de esas contingencias, tal como manda la Constitución de la República, para así evitar que semejantes desgracias se repitan de forma recurrente en nuestra país.
2 – En estas tragedias no es de obviarse la responsabilidad que atañe a los empresarios, que en la mayoría de los casos solo tienen por meta la maximización de la beneficio por sobre todas las cosas, en pos de lo cual no invierten lo suficiente en el mantenimiento de sus estructuras y equipos, cuyo menoscabo escalonado por esta causa pone en peligro la vida de sus trabajadores. Esta disposición es por error de conciencia y apego en torno a quienes producen sus riquezas, y porque saben que la impunidad les sobreviene.
3 – Como para muestra un llamador es suficiente, entonces, para evidencia bastaría con traer a colación la acceso en la taller de plástico Polyplas ocurrida el 5 de diciembre de 2018 originando 8 muertes y 103 heridos; la acceso en la taller “Vidal Plast” acontecida el 14 de agosto de 2023 en el “Mercado Antiguo” de San Cristóbal, que ocasionó la crimen de 37 personas, más 60 heridas y decenas de edificaciones destruida; la acceso en octubre de 2020 de la envasadora de gas Coopegas en “Licey al Medio”, Santiago, que provocó la crimen de 11 personas; el derrumbe de la hormaza del túnel del 27 de febrero cantón Mayor Gómez, en noviembre de 2023 por causa de las lluvias torrenciales, que trajo consigo la crimen de 30 personas y la destrucción de muchas edificaciones y deslizamiento de vehículos; la crimen en un incendio de 134 reclusos en marzo de 2005 en la prisión de Higüey; y muchos casos más donde ha primado la negligencia y enseñoreado la impunidad, puesto que de aquellos casos no se tiene anuncio de que rectitud haya tocado a los responsables directos e indirectos de semejantes tragedias.
4 – Solo esperamos que, de la tragedia ocurrida en el Jet Set, la impunidad no sea una vez más la respuesta recurrente. En cualquier caso, una crimen es mucho, pero 224 es exageradamente demasiado.
5 – Definitivamente, deseamos que tengan paz en la otra dimensión de la vida los que han muerto de forma tan siniestra; que sus muertes no sean en vano, que, por lo menos, esta catástrofe nos lleve a emprender acciones tendentes a evitar otras tragedias de naturaleza tan inverosímil y macabra.
de am
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