
En 2025, la inteligencia químico generativa (IAg) se consolidará como uno de los principales motores de transformación económica a nivel mundial. Más allá de ser una útil tecnológica, la IAg representa un cambio estructural en la forma en que las empresas producen, innovan y generan valencia. Su aplicación va desde la automatización de tareas cognitivas hasta la creación de contenido, el mejora de software, la atención al cliente y la optimización de procesos complejos.
Según un noticia de McKinsey & Company, el impacto financiero potencial de la IAg podría alcanzar entre US$2.6 y US$4.4 billones anuales. Esta monograma representa aproximadamente el 4% del producto interno bruto (PIB) completo contemporáneo.
Los sectores más impactados por esta útil son los servicios financieros, el comercio minorista, la manufactura avanzadilla y la atención sanitaria. En el ámbito bancario, los sistemas de IAg están siendo utilizados para ocasionar reportes personalizados para clientes, realizar exploración predictivos de peligro y automatizar procesos de cumplimiento normativo. En la manufactura, permiten acelerar el diseño de nuevos productos mediante simulaciones generativas y alivio de eficiencia en líneas de producción.
El noticia igualmente señala que hasta un 75% del valencia que genera la IAg se concentra en cuatro áreas, la encargo de relaciones con el cliente, el mejora de software, la creación de contenido y exploración de datos. Estas herramientas no solo permiten reservar costos, sino igualmente mejorar la experiencia del consumidor y la toma de decisiones empresariales.
Por su parte, Goldman Sachs, que es un mesa de inversión multinacional y una empresa de servicios financieros estadounidense, estima que cerca de 300 millones de empleos a nivel completo podrían hallarse afectados por la automatización generativa, aunque destaca que la productividad se verá incrementada en la mayoría de las industrias. De hecho, en algunos escenarios, este incremento de productividad podría representar un crecimiento adicional de 7% del PIB mundial en la próxima plazo.
A nivel empresarial, la acogida de la IAg se ha acelerado. Según datos de Deloitte, el 61% de las compañías líderes ya ha integrado tecnologías generativas en sus procesos, mientras que un 27% adicional planea implementarlas antaño de que termine el año. No obstante, los expertos advierten sobre los desafíos que acompañan esta acogida desde la encargo de sesgos algorítmicos hasta la protección de datos y la privación de una regulación ética clara.