Días antaño del estreno de la esperada segunda temporada de El posterior de nosotros el repertorio y el equipo creativo de la serie se reunió para una rueda de prensa íntima pero excitante. El panel contó con la presencia de Pedro Pascal, Bella Ramsey, Kaitlyn Dever, Isabela Merced, Gabriel Reflejo, Young Mazino, Neil Druckmann y Craig Mazin, quienes ofrecieron reflexiones profundas —y asimismo momentos de humor— sobre el proceso creativo detrás de una de las producciones televisivas más ambiciosas de los últimos abriles.

Una historia que evoluciona… como sus protagonistas

Cinco abriles han pasado entre el final de la primera temporada y el inicio de la segunday ese brinco temporal pesa tanto en la historia como en los rostros de sus protagonistas. Ellie ya no es la adolescente impulsiva que conocimos; ahora es una chavea marcada por la pérdida, la falta y la desconfianza. Bella Ramsey no evade esa desarrollo: “Ellie tenía 14, ahora tiene 19. Son abriles formativos para cualquier persona, y más aún para cualquiera que ha vivido tanto. Hay una brecha entre ella y Joel que no es ligera de cerrar”.

Pedro Pascal, por su parte, admitió que su conexión emocional con Joel ha llegado a niveles poco saludables. “Esta experiencia, más que cualquier otra, me afecta personalmente. Me cuesta separar lo que siente Joel de lo que siento yo. En cierto sentido, estoy en un estado emocional inestable durante el rodaje”, confesó entre bromas.

La relación entre uno y otro es el eje emocional de la temporada, y la distancia que ahora los separa no es solo novelística: es una herida abierta que influye en cada secuencia compartida.

Nuevas caras, nuevas heridas

Con la presentación de personajes secreto como Abbie, Dina y Jesse, la segunda temporada de The Last of Us expande su universo, pero asimismo lo complica emocionalmente. Kaitlyn Dever, encargada de dar vida a Abbie, admitió sentirse nerviosa al incorporarse a un mundo ya tan establecido. “Me sentía como la nueva del colegio. Pero desde el principio, Craig y Neil me hicieron percibir protegida. Nunca había experimentado ese nivel de cuidado en un set”, afirmó.

Para Dever, el pelea no fue solo físico (algunas escenas la pusieron al término de sus capacidades), sino asimismo emocional: “Abbie es un personaje con capas, contradicciones y mucho dolor. Interpretarla fue un delirio”.

Isabela Merced, quien interpreta a Dina, explicó que su personaje es “una brújula emocional para Ellie, una luz en el interior de tanta oscuridad”. Y añadió poco que define su enfoque actoral: “Creo que nuestro superpoder como humanos es cambiar de perspectiva y hacer de cualquier situación poco soportable. Dina es eso. Está de duelo, pero asimismo quiere surtir viva la esperanza”.

Young Mazino, como Jesse, encontró en su personaje una oportunidad de explorar la observancia, la moralidad y la responsabilidad comunitaria: “Jesse se define por sus relaciones. Ama a su multitud, y cuando todo se pone a prueba, sus decisiones muestran quién es en efectividad”.

La amoldamiento como reinterpretación

Una de las decisiones más discutidas —y más justificadas— por Druckmann y Mazin fue introducir el trasfondo de Abbie desde el primer episodio, en ocasión de mantenerlo en secreto como en el videojuego. “En el diversión, el componente forma un obligación inmediato con Abbie porque juega como ella. Pero en la serie eso no es posible, así que necesitábamos otras herramientas para originar empatía”, explicó Druckmann.

Además influye el ritmo televisivo. “Si esperábamos demasiado para dar contexto, corríamos el peligro de que se filtrara en internet y arruinara la experiencia”, añadió. La serie, entonces, toma libertades necesarias para proteger su novelística y adaptarse a un medio donde el espectador no es protagonista, sino refrendador.

Craig Mazin complementó: “Lo importante no era copiar el diversión plano por plano, sino capturar su espíritu. A veces eso significa mover piezas, reordenar momentos, pero sin perder lo esencial”.

La pleito emocional del espectador

Si poco quedó claro durante la conferencia es que The Last of Us no es solo una historia sobre monstruos. Es un estudio sobre la condición humana en tiempos extremos. Pedro Pascal fue enfático al respecto: “La ficción es una forma de evidencia. Desde las pinturas en cuevas hasta las series que vemos hoy, buscamos entendernos a través de las historias. Y esta serie, aunque ambientada en un mundo postapocalíptico, es muy positivo en lo emocional”.

Gabriel Reflejo añadió una advertencia sobre la presente: “Vivimos rodeados de conflictos, ciclos de venganza que parecen imposibles de romper. Esta temporada manejo precisamente de eso: ¿cómo se sale de ese círculo? ¿Se puede?”

La catarsis, según ellos, es inexcusable. No por la batalla, sino por la empatía. Y ese es quizás el secreto de The Last of Us: no te muestra lo que pasa en el mundo extranjero, sino lo que duele en el interior.

Vínculos que sostienen el mundo

Uno de los momentos más emotivos de la charla fue cuando Pedro Pascal y Gabriel Reflejo recordaron cómo construyeron la relación entre Joel y Tommy, en el interior y fuera de cámara. Desde ensayos improvisados hasta una salida en rafting, uno y otro compartieron que el proceso fue casi fraternal. “Gabriel me mandó un texto con un fragmento de Blood Meridian para trabajar el acento. Desde ahí supe que estábamos en la misma página”, relató Pascal.

La química entre uno y otro se nota en la pantalla, pero asimismo en el respeto con el que tratan la escritura de Mazin y Druckmann. Una secuencia secreto entre uno y otro personajes fue reorganizada por los actores, sin cambiar ni una sola palabra. Craig Mazin, allá de resentirse, quedó impresionado: “Era mejor que lo que había escrito. Y eso solo pasa cuando los actores no solo entienden a sus personajes, sino que los viven”.

El peso de la auge, el escudo del trabajo

Preguntado sobre cómo ha cambiado su vida tras el aberración general que representa The Last of Us, Pedro Pascal fue tan honesto como siempre: “Ha sido profundo. No es solo la visibilidad, es lo que significó para mí hacer esta serie. Es un áncora emocional. Cuando el trabajo es tan importante, tan intenso, te protege. Aunque asimismo te expone”.

En ese sentido, el actor recalcó que la conexión humana, tanto en el interior como fuera del set, es lo que hace llevadera esa auge: “Lo que se construyó aquí, entre nosotros, es particular. No pasa dos veces”.

¿Monstruos? No. Humanidad

Una de las periodistas asistentes confesó que no le gustan los monstruos ni las historias apocalípticas, pero que ve The Last of Us por su drama humano. Esa observación dio pie a una advertencia interesante por parte de Mazin: “No se manejo de hacer otro episodio particular como el de Bill y Frank solo porque gustó. Se manejo de memorizar cuándo contar poco diferente porque el mundo del show lo necesita. Esta temporada tiene varios de esos momentos”.

Neil Druckmann agregó: “Cada episodio tiene pequeños destellos de humanidad. Momentos que no solo informan la trama, sino que nos permiten respirar”.

Y, por supuesto, hubo espacio para el humor. El repertorio bromeó sobre sonidos que se han convertido en “alarmas de spoiler”, sobre la serenidad zen de Young Mazino, y sobre cómo Bella y Pedro mantienen su química incluso cuando sus personajes están distanciados.

Una palabra para definirlo todo

La conferencia cerró con una consigna simple pero poderosa: describir la temporada en una sola palabra. Las respuestas fueron elocuentes:

● Dientes de Yoong: explosivo

● Isabela Merced: dolor

● Gabriel Reflejo: venganza

● Kaitlyn Dever: agarre

● Pedro Pascal: nevado

● Bella Ramsey: tormenta

● Neil Druckmann: Inclinación

● Craig Mazin: Hermoso

Cada palabra, en su brevedad, encapsula una dimensión del universo emocional que explorará esta nueva temporada. Un mundo más violento, sí. Pero asimismo más íntimo, más introspectivo, y más honesto con los costos reales de estar en ruinas… y seguir amando.

The Last of Us vuelve el 13 de abril por HBO. Prepárate para una temporada donde la batalla más feroz no será contra los infectados, sino contra uno mismo.