
El Gobierno haitiano ha decidido no esperar las decisiones de la ONU o de la OEA al tomar sus propias medidas para combatir a las pandillas que han fomentado la inseguridad y la ingobernabilidad en el país.
En presencia de el fracaso de las tropas internacionales lideradas por Kenia y la retardo de la comunidad internacional para despabilarse una salida a la prolongada crisis, las autoridades contrataron un ejército de mercenarios para guerrear contra los pandilleros.
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Se contrataron los servicios de Erik Prince, contratista marcial privado estadounidense y destacado simpatizante del presidente Donald Trump para guerrear contra las bandas armadas en Haití.
Prince cuenta con un historial controvertido por el despliegue de mercenarios en diversos paísesincluyendo Irak y Arabia Saudita.
Según un artículo publicado el miércoles por The New York Times, el fundador de la extinta empresa marcial Blackwater Worldwide firmó un pacto con el gobierno haitiano a combatir a los grupos criminales que desestabilizan al país.
Prince alcanzó relevancia durante la disputa en Irak, cuando Blackwater obtuvo contratos millonarios del gobierno estadounidense para proteger diplomáticos y convoyes.