

LA AUTORA es ejecutiva de ventas. Reside en Nueva York.
La situación en Haití ha dejado de ser una tragedia humanitaria para convertirse en una amenaza regional. Bandas armadas controlan gran parte del país. El gobierno ha colapsado. Las instituciones no existen. El pueblo haitiano vive bajo un régimen de terror y la comunidad internacional sigue atrapada en un caracolillo de promesas vacías y reuniones estériles.
Y mientras el mundo debate sin proceder, las consecuencias cruzan la frontera. La República Dominicana no puede ni debe cargar con los desastres sociales, políticos y económicos de un país que no ha sabido reconstruirse ni contraer responsabilidad sobre su destino.
Durante décadas, hemos ofrecido hospitalidad, empleo, concurrencia médica y oportunidades. Y, sin incautación, lo que muchos dominicanos perciben hoy es ingratitud y resentimiento. En empleo de agradecimiento, crece una novelística peligrosa entre sectores haitianos que distorsiona la historia y alimenta odio en dirección a nuestra nación. No debemos ser ingenuos: ese resentimiento no es una excepción, es una amenaza.
Estoy completamente en contra de la migración haitiana en dirección a República Dominicana. Nuestra soberanía, nuestros medios y nuestra seguridad no pueden ser sacrificados por la inestabilidad ajena. Ser solidarios no significa ser responsables del caos extraño. Bajo ninguna circunstancia debemos contraer el peso de un país colapsado.
Y si la alternativa debe ser drástica, que así sea. La propuesta de una intervención táctica, incluso con apoyo de fuerzas privadas como ha sugerido el coligado de Donald Trump, Erik Prince, puede ser la única vía para restablecer el orden en Haití. La seguridad no puede esperar. La frontera debe ser blindada. La concurrencia internacional debe enfocarse en rehacer Haití adentro de Haití, no exportando su crisis a nuestro suelo.
Dominicana no es el patio trasero de ninguna nación. Es hora de proceder con firmeza. Sin miedo. Sin error. Porque no hay país que sobreviva si no protege primero a los suyos.
Jpm-am
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