La semana pasada miembros de las bandas hoy catalogadas tanto por Donald Trump como por Luis Abinadercomo terroristas, tomaron el control de la aranceles de Malpasse que está a pocos metros al oeste de la aranceles de Jimaní. Tradicionalmente esa es la ruta más importante para exportar mercancías alrededor de Haití pues es la que lleva directamente a Puerto Príncipe, el principal mercado, pero ha sido controlada desde hace un tiempo por los terroristas quienes cobran “peaje” para que las mercancías puedan impresionar a la caudal.

Consecuentemente, la actos de los exportadores dominicanos ha sido entregar sus mercancías en Jimaní y que desde allí las transporte el comprador haitiano, quien se encarga de resolver los varios “peajes”. Alternativamente, la carga se envía por mar desde Haina a Puerto Príncipe. La toma de control de la aranceles de Malpasse significa que ya el gobierno haitiano no recibe sus ingresos aduanales, los cuales ahora presumiblemente están cobrando los terroristas.

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La ruta alternativa y que ha crecido en importancia por los problemas anteriores es la de Elías Piña-Belladere-la presa de Peligre-Mirebalais hasta Puerto Príncipe. Pero en la misma además hay que fertilizar “peaje”. Recientemente Mirebalais fue tomada por los terroristas y sus habitantes, en desesperación, cerraron la concepción de energía en la cercana presa de Peligre para denominar la atención sobre sus problemas.

La única ruta que se mantiene totalmente abierta es la de Dajabón-Juana Méndez-Fort Liberté-Límite Haitianolo cual permite intervenir sin problemas a la zona franca Codevi y la de los surcoreanos en La Limonade.

Las acusaciones hechas recientemente contra nuestro país de que suple de armas a los terroristas son exageradas. Solo conocemos el caso de municiones robadas por policías dominicanos y vendidas en Haití y el de furgones en tránsito que llegan al país rumbo a Haití y que no eran revisados por precisamente tratarse de mercancías en tránsito. El gobierno haitiano recientemente prohibió esa ruta. El corpulento de las armas que llegan a Haití proviene de contrabando enviado desde el río de Miami y que además llegan hasta Jamaica. Recientemente el canciller Ámbito Rubio ha prometido confrontar esa violación.

La prensa internacional ha citado en estos días el caso de empleados de la Dirección Caudillo de Migración que violan a mujeres haitianas y/o exigen monises para que ellas no sean deportadas. ¿Cuán frecuente es esa abominación? No lo sabemos, pero creemos que sería recomendable que todo empleado de Migración lleve en su uniforme su nombre completo para que así pueda luego ser identificado por las personas agredidas.

Naciones Unidas no está haciendo ausencia porque carece de capital y teme el veto en su Consejo de Seguridad por parte de China y/o Rusia. El canciller Rubio ha pedido a la OEA que resucite la Fuerza Interamericana de Pazpero esa institución no cuenta con los capital para ese propósito y no sabemos de país alguno en el continente dispuesto a prestar tropas para ese fin.

Una tercera alternativa es la contratación de mercenarios, como hizo los Estados Unidos en Afganistán e Irak donde actuó la empresa Blackwater. Precisamente su fundador, Erick Prince, muy adecuadamente relacionado con el presidente Trump, desde marzo ha sido contratado por el gobierno haitiano para atacar a los terroristas, utilizando drones y planea traer de Estados Unidos unos 150 ex miembros del ejército y la policía haitiana. No sabemos si hay suficiente plata para ese pacto. El nuevo gobierno de Daniel Noboa en Ecuador aparentemente además está contratando a Prince dada la enorme cantidad de crímenes en ese país.

El presidente Trump ya ha anunciado que quitará a los venezolanos su Estado de protección temporal (TPS) lo que obligaría a que sean deportados miles de ellos y está por estar si hará lo mismo con los miles de haitianos amparados bajo ese mismo software. De hacerlo, muchos de ellos al impresionar a Haití buscarían cruzar la frontera dominicana.

Nos luce que Trump, quien ha manifestado no querer meterse a resolver el problema haitiano, tan solo cambiará de opinión si miles de los vecinos toman la yola para impresionar a la Florida como ocurrió en 1994 cuando hasta se tuvo que remitir a miles de ellos a la Almohadilla de Guantánamo.

Finalmente, nos preocupan mucho dos cosas. Primero, muy recientemente el gobierno de Trump le ha pedido a la Suprema Corte de Honradez de ese país que sea justo deportar a un extranjero a un país que no sea el de su origen o ciudadanía, y se cita el caso de Sudán del Sur. De aprobarse eso significaría que Estados Unidos podría legalmente deportar haitianos a República Dominicana. Y, segundo, el establecer impuestos a las remesas enviadas por indocumentados implicaría que estos tendrían que solicitarle como valenza a otro dominicano con papeles que le envíe su monises lo que podría crearle problemas al legalizado frente a su Impuesto sobre la Renta. Incluso estimularía el resurgimiento de ilegales casas de cambio y emisión de remesas en efectivo.

Sería echar para a espaldas todo lo que se ha renovador en ese campo y gravitar precisamente a los más pobres con un impuesto. La presidenta de México y empresas afectadas, como Película del Oeste Union, se han quejado, pero que yo sepa ningún funcionario o patrón de nuestro país ha evidenciado públicamente preocupación sobre el asunto.