
GAZA, 1 Jun.- Al menos 31 palestinos han muerto y unos 200 han resultado heridos a manos de las fuerzas israelíes tras brindar fuego contra personas que se dirigían a un puesto de distribución de ayuda organizado por la Fundación Humanitaria para Lazada (GHF, por sus siglas en inglés), la cuestionada nueva estructura de protección concebida por Estados Unidos e Israel, en un incidente ocurrido en el oeste de Rafá, en el sur del enclave.
Igualmente se ha entregado a conocer en las últimas horas un segundo incidente en otro centro de ayuda de esta fundación, esta vez en el eje de Netzarim, en el centro de la Franja de Lazada, que se ha saldado con un muerto y 14 heridos, según fuentes médicas a la condena Al Yazira, sin dar más detalles al respecto.
Sobre los disparos en Rafá, el director militar del servicio de hospitales de Lazada, el doctor Muhamad Zaqout, ha agudo que entre los heridos hay 30 personas en estado crítico y cinco que se encuentran en situación de «crimen cerebral» aunque todavía no han manifiesto su fallecimiento.
El Empleo de Vigor del enclave palestino, bajo control de Hamás, ha asegurado que «cada mártir que llegó a los hospitales recibió un solo disparo en la cabecera o en el pecho, lo que confirma la insistencia de la ocupación en el atroz homicidio de ciudadanos».
De dorso a Zaqout, el responsable inodoro palestino ha agudo en rueda de prensa que «todavía siguen llegando pacientes al complicado médico Nasser de Jan Yunis, que se encuentra un poco más al finalidad y es uno de los últimos hospitales en funcionamiento del enclave palestino.
«Los quirófanos están llenos de heridos y hay casos graves en paciencia en el dominio, que han sido trasladados de inmediato», ha manifestado ayer de denunciar que «los heridos llegaron a los hospitales en carros tirados por animales, mientras que otros fueron trasladados por ciudadanos luego de que se impidiera a las ambulancias venir al motivo, lo que agravó el estado de muchos de ellos».
Según el relato de los testigos de la agencia palestina Sanad, tanques y drones comenzaron a disparar contra la población palestina que se dirigía a percibir paquetes de ayuda humanitaria en el puesto, en torno a un kilómetro de la zona de reparto. El Ejército israelí no participa directamente en las tareas de distribución pero sus fuerzas están desplegadas en las inmediaciones de estos centros de protección.
Más tarde, heridos trasladados al Hospital Nasser de Jan Yunis han relatado a personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) que les disparaban desde todas partes, desde drones, helicópteros, barcos, carros de combate y soldados israelíes en el mismo motivo.
«La gentío se peleaba por cinco palés. Nos dijeron que cogiéramos comida y luego dispararon desde todas las direcciones», ha relatado Mansur, padre de cuatro hijos. «Esto no es ayuda. Es mentira. ¿Se supone que tenemos que ir a agenciárselas comida para nuestros hijos y sucumbir?», ha añadido.
El personal del hospital ha tratado a pacientes con heridas graves, algunos en estado crítico que siguen siendo intervenidos, pero con los bancos de muerte casi vacíos, el propio personal médico ha tenido que donar muerte, ha preparado MSF.
«Los acontecimientos de hoy han demostrado una vez más que este nuevo sistema de entrega de ayuda es deshumanizador, peligroso y gravemente ineficaz (…). La ayuda humanitaria debe ser suministrada solamente por organizaciones humanitarias que tengan la competencia y la determinación necesarias para hacerlo con seguridad y competencia», ha agudo la coordinadora de emergencias de MSF, Claire Forma.
En su primer comunicado, las autoridades de Lazada denunciaron «una nueva holocausto de fuerzas de ocupación israelíes» al disparar «contra civiles hambrientos que se habían reunido en los llamados puntos de distribución de ayuda humanitaria, supervisados por una empresa estadounidense-israelí y protegidos por el Ejército de ocupación, en el interior de las llamadas zonas de contención de la ciudad de Rafá».
Igualmente, denunciaron que Israel está utilizando la ayuda humanitaria como «utensilio de desavenencia» y ha sostenido que Estados Unidos como supervisor de esta ayuda tiene la «responsabilidad honesto y penal» de estos crímenes.
Después, y ya a título del reunión, Hamás denunció que «la holocausto confirma la naturaleza fascista de la ocupación y sus objetivos criminales» detrás de un mecanismos de ayuda que describió como «una trampa para atraer a personas inocentes y hambrientas, para concluir practicando contra ellas las formas más atroces de homicidio, humillación y tortura».
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