Kiev. – Los líderes de Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia tomaron este sábado desde Kiev la iniciativa en los esfuerzos para poner fin a la refriega que hasta ahora había liderado la Casa Blanca, y amenazaron al Kremlin con sanciones contundentes adicionales si no acepta el suspensión el fuego de un mes que le exigen que declare este lunes.

“Hemos sensato que a partir del lunes, 12 de mayo, debe comenzar un suspensión el fuego completo e incondicional de al menos 30 días. De forma conjunta se lo pedimos a Rusia”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que lleva semanas reclamando una tregua, en una rueda de prensa con los jefes de Estado y de Gobierno que le visitaron en Kiev.

“Sabemos que contamos en esto con el apoyo de Estados Unidos”, agregó Zelenski, que explicó que los dirigentes europeos reunidos en la renta ucraniana responderán con nuevas sanciones a los sectores energético y bancario de Rusia si Moscú sigue negándose a fallar esta tregua de un mes.

El primer ministro sajón, Keir Starmer, dijo por su parte que los aliados de Kiev presentes en la renta ucraniana rechazan la exigencia del Kremlin de que Ucrania deje de admitir armas de sus socios como condición para fallar el suspensión el fuego, y dijo que incrementarán pegado con EEUU la presión contra Rusia si Moscú se resiste a descabalgar las armas.

Demostración estadounidense

Según explicó el presidente francés, Emmanuel Macron, EEUU se ocupará de comprobar el cumplimiento del suspensión el fuego si Rusia lo acepta. En caso de que Moscú lo viole, Macron adelantó que se aprobarán “sanciones masivas” contra Rusia coordinadas entre Europa y EEUU.

El presidente francés dijo asimismo que un suspensión el fuego de un mes permitiría despuntar a negociar de “inmediato” sobre otros asuntos secreto como las garantías de seguridad que debe admitir Ucrania de sus socios una vez termine el conflicto armado.

Coordinación con Estados Unidos

Posteriormente de su reunión y ayer de salir a dar la rueda de prensa, los líderes europeos presentes en Kiev -incluido Zelenski- hablaron por teléfono con el presidente de EEUU, Donald Trump, según confirmaron en sus redes sociales Macron y Starmer.

“Llamando al presidente Trump juntos desde Kiev. Nuestro llamada global: debe deber un suspensión el fuego de 30 días que comience el lunes, incondicional, que allane el camino para una paz sólida y duradera en Ucrania”, escribió Macron en X sobre una foto de los cinco líderes escuchando con atención un teléfono móvil.

En la primera reacción pública desde EEUU a las declaraciones de los líderes europeos, el representante exclusivo para Ucrania de Trump, el común retirado Keith Kellogg, compartió en X un mensaje del ministro de Exteriores de Kiev, Andrí Sibiga, en el que resumía las conclusiones de la reunión de hoy en Kiev, e insistió en que una tregua de un plazo original de un mes es fundamental para avanzar cerca de el fin de la refriega.

Rusia dice que no se asusta

Moscú reaccionó a las amenazas europeas -respaldadas, según los líderes que viajaron a Kiev, por EEUU- de nuevas sanciones a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

«Nos hemos acostumbrado a las sanciones. Ya incluso nos imaginamos qué haremos posteriormente de que se anuncien y cómo minimizaremos sus consecuencias. Ya lo hemos aprendido. Por lo tanto, asustarnos con sanciones es una pérdida de tiempo», dijo Peskov a la televisión pública rusa.

El portavoz de Putin incluso declaró que Rusia no aceptará fallar el suspensión el fuego de como exiguo un mes que le piden Kiev, Washington y los europeos si Ucrania no deja de admitir armas de sus aliados occidentales, una posibilidad que no están dispuestos a aceptar Zelenski y sus socios.

A esto respondió el canciller germánico, Friedrich Merz, que se estrenaba en el cargo con su primer delirio oficial a Ucrania. “La ayuda a Ucrania y agenciárselas un cese el fuego son dos caras de la misma moneda”, declaró en la rueda de prensa descartando aceptar esa exigencia rusa.

“Sabemos que lo que quiere Putin es dilatarlo todo para cobrar tiempo. Rusia no se moverá si no aumentamos la presión», dijo incluso Merz.