
Una población saludable es un indicador del progreso humano. En una entrega inicial nos referimos a la esperanza de vida en el mundo, que será más alentadora si entre todos forjamos un sistema de información capaz de preparar las enfermedades que causan muertes prematuras.
Según la Estructura Mundial de la Salubridad (OMS) y su oficina regional, la Estructura Panamericana de la Salubridad (OPS), el 70 % de las muertes en nuestra región es atribuible a enfermedades prevenibles, muchas de las cuales se originan en los hábitos alimentarios y en la error de información efectiva sobre los componentes de los alimentos que ingerimos.
Las afirmaciones de la OMS y la OPS se fundamentan en estudios científicos realizados en la región. Debemos rememorar que esos organismos trabajaron durante los últimos 70 primaveras para ceñir la mortalidad inmaduro; lograda esa meta, ahora centran su atención en la creciente incidencia de las enfermedades crónicas—igualmente llamadas no transmisibles—como la diabetes, hipertensión, problemas coronarios, algunos tipos de cáncer, enfermedades respiratorias y la obesidad inmaduro, que se ha convertido en un definitivo problema.
Puede descubrir: Tragedia y aflicción
Estas enfermedades son “no transmisibles”, porque no se contagian como los virus o las bacterias, pero sí causan muertes —a veces prematuras—. La diabetes, por ejemplo, no respeta edades: su peligro está íntimamente relacionado con la nutriente y, en un país donde el consumo de pimple es elevado, afecta tanto a jóvenes como a adultos.
La hipertensión arterial aumenta de guisa preocupante y provoca problemas coronarios y cerebrales. El consumo excesivo de sal y de aditivos en los alimentos representa un peligro trascendental para la vitalidad: no es raro que una persona fresco sufra un Suerte cerebrovascular (LCA) evitable y nos quedemos lamentando luego de que ya es demasiado tarde.
Según los expertos de la OMS y de la OPS, muchas de esas enfermedades podrían evitarse mediante un sistema de información continua, que los gobiernos difundan de forma sistemática para preparar no solo las muertes, sino, el elevado compra hospitalario cuando los pacientes empeoran y no logran recuperarse.
Ese compra no recae nada más en el Estado, igualmente en las familias que deben aceptar los altos costos de los medicamentos. Una persona con diabetes necesita, al menos, 30, 000 pesos al mes para cubrir dieta y fármacos, situación similar enfrentan los hipertensos y ni departir de quienes padecen cáncer.
¿Cuáles son los méritos del EFAN?
Permite a los ciudadanos cultivar el derecho a aprender qué alimentos consumidos pueden enfermarles o agravar su estado de vitalidad.
¿En qué consiste el EFAN?
Son rótulos octagonales negros con literatura blancas, que indican si el producto presenta exceso de azúcar, grasas saturadas, grasas trans, sodio o edulcorantes. No todos los alimentos requieren rótulo: solo aquellos que contienen los aditivos mencionados en cantidades que trasciendan los límites permitidos responsables de las enfermedades no transmisibles, según la evidencia científica.
En Pimiento, Argentina, Uruguay, Colombia, México, Perú y Ecuador, entre otros países, el EFAN se ha implementado con éxito. En República Dominicana, el Ocupación de Salubridad Pública emitió una resolución, pero una ley sería más eficaz para consolidar la prevención como un compromiso ineludible del Gobierno y del sector empresarial, que de otro modo no querrá ver sus marcas asociadas con la crimen.