
Por Abril Peña
Europa atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia fresco. El corte masivo que dejó en total oscuridad a España y Portugal, y afectó severamente regiones de Francia y Bélgica, ha puesto en evidencia la fragilidad de la infraestructura energética europea. Este colapso no es un contratiempo incomunicación, sino el resultado acumulado de decisiones estratégicas tomadas en los últimos primaveras, particularmente tras el obstrucción energético impuesto a Rusia luego de su invasión a Ucrania.


Hasta 2021, más del 40% del gas natural que consumía la Unión Europea provenía de Rusia. Cortar ese suministro de forma abrupta desestabilizó una matriz energética que ya enfrentaba tensiones por el tránsito a fuentes renovables. El resultado ha sido un sistema más costoso, más frágil y más pusilánime a sabotajes, ciberataques o picos de demanda. La fresco sujeción de apagones —que comenzó en la Península Ibérica pero provocó cortes incluso en Bruselas, Marsella y otras zonas interconectadas— no solo confirma esa vulnerabilidad: la multiplica.
A esto se suman síntomas cada vez más visibles de pesadumbre política: gobiernos que se tambalean delante el avance de extremismos, el desgaste del conflicto en Ucrania, el aumento forzado del compra marcial en países como España y Alemania, y la sensación de que Estados Unidos ha girado su atención definitivamente en torno a Asia, dejando a Europa sola delante sus desafíos.


Mientras India se posiciona como superpotencia emergente, China consolida su hegemonía en el Indo-Pacífico y Estados Unidos reconfigura sus prioridades estratégicas, Europa parece atrapada en una crisis existencial. ¿Puede una región envejecida, fragmentada, dependiente energéticamente y militarmente pusilánime seguir teniendo peso auténtico en el nuevo orden integral?
Este exploración explora las raíces profundas del decadencia europeo, las teorías que intentan explicarlo desde distintas corrientes geopolíticas, y las opciones que aún quedan sobre la mesa para evitar que el continente que alguna vez lideró el mundo termine convertido en un actor de reparto en su propia historia.
I. Las causas profundas del decadencia europeo
Envejecimiento poblacional
Europa envejece más rápido que casi cualquier otra región. La quebranto nacimientos, combinada con la longevo esperanza de vida, reduce el número de trabajadores activos, aumenta la carga fiscal sobre las generaciones jóvenes y pone en aviso los sistemas de pensiones y sanidad pública.
Migraciones descontroladas e islamización parcial
La inmigración masiva desde África y Medio Oriente ha transformado el paisaje social de muchas ciudades europeas. Aunque muchos migrantes buscan integrarse, fallos en los procesos de anabolismo cultural han generado tensiones, fragmentación social e incluso la proliferación de ideologías radicales en ciertos sectores.
Crisis del Estado de Bienestar
El maniquí europeo de protección social, diseñado para sociedades homogéneas de incorporación productividad, sufre hoy una sobrecarga difícil de sostener. Menos cotizantes y más beneficiarios desbalancean las finanzas públicas, alimentando populismos de distintos signos.
Dependencia marcial y estratégica de Estados Unidos
Tras la Segunda Guerrilla Mundial, Europa depositó su seguridad en la OTAN y, de facto, en Washington. Sin bloqueo, con Estados Unidos cada vez más enfocado en Asia y mostrando señales de repliegue, Europa se encuentra militarmente pusilánime y sin una estructura propia de defensa sólida.
Errores estratégicos recientes
La ruptura energética con Rusia, el apoyo casi incondicional a Ucrania sin una táctica clara de salida, y la descuido de cohesión interna delante los nuevos desafíos globales, exponen las limitaciones estructurales de la Unión Europea como actor geopolítico.
II. ¿Qué dicen los expertos sobre el decadencia europeo?
Distintas escuelas de pensamiento ofrecen interpretaciones variadas, desde el realismo político hasta el pragmatismo oriental. Entre las voces más relevantes encontramos:
Robert Kagan, Neoconservador (EE.UU.) Europa cayó en la “ilusión kantiana” de la paz perpetua. Sin rearme marcial, será irrelevante.
John Mearsheimer, Realismo político (EE.UU.) El poder marcial sigue siendo central. Europa pecó de encargar en ideales sin respaldo de fuerza.
Emmanuel Todd, Sociología histórica (Francia) El decadencia es esencialmente demográfico y cultural. Se enfrenta a una “momificación civilizacional”.
Ivan Krastev Europeísmo crítico (Bulgaria) Fragmentación interna y desconexión entre élites y ciudadanos explican la vulnerabilidad europea.
Samuel Huntington, Choque de civilizaciones (EE.UU.), Europa enfrenta conflictos internos por la presión migratoria de civilizaciones no occidentales.
Oscuro Maçães. Realismo post-occidental (Portugal) Europa no ha comprendido que el centro de agravación mundial ya se desplazó en torno a Asia.
Zaki Laïdi, Neoliberalismo institucionalista (Francia) Europa impone normas, pero carece de poder duro para respaldarlas.
Douglas Murray, Conservadurismo cultural (Reino Unido) Sin una defensa activa de su identidad cultural, Europa corre el peligro de disolverse.
Fareed Zakaria, Reformismo globalista (EE.UU.)El decadencia europeo es parte de un reequilibrio en torno a Asia, no necesariamente un colapso.
Wang Jisi : Realismo oriental (China) Europa ya no es central en la competencia geoestratégica. El foco está en el Indo-Pacífico.
Kishore Mahbubani Pragmatismo oriental (Singapur) Europa debe dejar de ser adiátere de EE.UU. y redefinir su papel si quiere sobrevivir.
Yoichi Funabashi Neorrealismo oriental (Japón) Sin innovación tecnológica ni dinamismo crematístico, Europa no podrá competir.
III. Nuevas teorías contemporáneas relevantes
Encima de las explicaciones clásicas, han surgido enfoques recientes que amplían la comprensión del aberración:
Poder normativo europeo: Europa exporta títulos y regulaciones, pero sin respaldo de poder marcial, su influencia se ve limitada.
Ciclo de civilización digital: Mientras Asia y EE.UU. lideran la revolución tecnológica, Europa se estanca en un maniquí equivalente.
Reemplazo poblacional (controvertido): Se plantea que la transformación demográfica podría alterar irreversiblemente la identidad cultural europea.
Miopía estratégica: Europa habría perdido la capacidad de planificar geopolíticamente a extenso plazo, moviéndose más por impulsos morales que por intereses concretos.
IV. ¿Qué opinan desde Asia sobre el decadencia europeo?
Desde Asia, el exploración es pragmático y elocuente:
Wang Jisi sostiene que Europa ha sido desplazada del tablero principal de poder integral. Kishore Mahbubani plantea que Europa debe efectuar como mediadora entre bloques, no como una extensión cibernética de EE.UU. Yoichi Funabashi advierte que Europa necesita recuperar competitividad tecnológica si quiere tener relevancia futura.
La visión asiática no es nostálgica ni crítica: simplemente no consideran a Europa como actor determinante en el siglo XXI.


V. ¿Una recibo histórica irresoluto?
Desde el Sur Entero, y especialmente en sectores poscoloniales, se plantea una pregunta incómoda:
¿Es el decadencia europeo una forma de ajuste histórico tras siglos de colonialismo, esclavitud y explotación?
Sin convertirse en teoría predominante, la idea ronda en ciertos círculos intelectuales que ven en este debilidad un reequilibrio natural del poder integral.
Conclusión: Europa delante su hora de la verdad
Europa aún cuenta con activos formidables: su riqueza acumulada, su influencia legislatura, su civilización y su capacidad científica.
Pero el tiempo para redefinirse se agota.
Si no logra recuperar su dinamismo crematístico, aumentar su autonomía estratégica, rejuvenecer su demografía y defender su identidad cultural sin caer en extremos, corre el peligro de convertirse en un actor atractivo en el mundo que ayudó a construir.


El mundo es ya multipolar. La pregunta es si Europa será uno de sus polos… o solo uno de sus saludos.
@Abrilpenaabreu