
SANTO DOMINGO.-La yerro de parqueos en los alrededores del Palacio de Neutralidad de Ciudad Nueva continúa generando caos en el tránsitoespecialmente en las calles Fabio Fiallo y Beller, donde decenas de conductores se ven obligados a estacionar en aceras y entreambos lados de la vía delante la escasa disponibilidad de espacios.
Durante los días laborables, es popular observar vehículos estacionados de forma irregular, mientras sus propietarios realizan trámites judiciales u otras diligencias adentro del tribunal. Esta ejercicio entorpece el flujo vehicular, sobre todo en la calle Fabio Fiallo —ubicada amoldonado en la parte anterior del Palacio de Neutralidad del Distrito Franquista— donde la doble fila es prácticamente permanente.
Aunque agentes judiciales se mantienen vigilantes para evitar estacionamientos indebidos, su bordadura se ve limitada por la cantidad de vehículos que circulan en la zona. En muchos casos, solo se permite detenerse brevemente para dejar o reunir personas, pero la yerro de control efectivo y la adhesión demanda superan la capacidad de respuesta.

El congestionamiento empeora cuando se conocen casos judiciales de stop perfil o de interés doméstico. En esas ocasiones, las autoridades optan por cerrar las calles aledañas como medida de seguridad, lo que genera veterano dificultad para circular en Ciudad Nueva.
Otra vía crítica es la calle Beller, que bordea el Palacio de Neutralidad y se encuentra frente al edificio de investigación del Servicio Conocido. Allí, tanto conductores como motoristas utilizan las aceras como parqueo improvisado, obstruyendo el paso de peatones y complicando el tráfico.
A pesar de que el arduo contencioso dispone de un campo de acción de estacionamiento destinada a usuarios, esta resulta insuficiente en días de adhesión concurrencia. Los negocios cercanos siquiera ofrecen soluciones efectivas, ya que cuentan con muy pocos espacios disponibles.
Cobros ilegales agravan el problema
A la yerro de parqueos se suma una problemática recurrente: personas que se han apropiado de espacios públicos y exigen pagos informales a los conductores que intentan inmovilizarse. En muchos casos, quienes se niegan a retribuir enfrentan amenazas o agresiones verbales.
Este aberración ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por ciudadanos que acuden al Palacio de Neutralidad, quienes reclaman una intervención de las autoridades municipales para recuperar el orden en el entorno.