
Lo que alguna vez fue la arteria más potente del comercio peatonal en Santo Domingo hoy camina con paso moroso. La calle El Conde, ícono histórico y turístico de la Ciudad Colonial, se encuentra sumida en una existencia preocupante: locales cerrados, ventas flojas y comerciantes que esperan un “nuevo respiro” cuando terminen los trabajos de restauración urbana.
Durante un reconvención realizado por el boletín El Pregonero, se pudo constatar que gran parte de los locales están cerrados, muchos de forma definitiva, lo que contrasta con la burbujas comercial que caracterizaba esta vía hace tan pronto como una división.
“La cesión en El Conde está un poquito floja. Eso se debe a que tanto la calle Las Mercedes como la Noel están cerradas por construcción”, explicó un comerciante con 45 primaveras en la zona. Asegura que muchos de los negocios cerrados pertenecían a dueños ya fallecidos, y sus herederos aún no han tomado decisiones sobre el futuro de esos espacios.
A esto se suma el menguado ataque vehicular.
“Casi no se puede entrar en vehículos, y eso afecta. Las calles están destruidas, pero ya están casi terminando. Quizás este año la cosa mejore”, comentó con poco de optimismo el diestro comerciante.
Otro actor del comercio en la zona, Félix Frías, quien lleva casi cuatro décadas trabajando en El Conde, confirmó que las ventas han tenido altibajos, pero reconoce una leve reactivación por las tardes.
“Muchas veces la familia se anima ya a posteriori de las 4 o 5 de la tarde. En la mañana es más moroso, por el calor y las lluvias”.
Sin incautación, Frías admite que “ya la calle El Conde no es ni la sombra de lo que era”. Aunque algunos locales simplemente están cerrados por la hora del día, muchos otros “llevan primaveras así”.
Entre las causas que han impactado el comercio, señala factores externos como la crisis en Haití y problemas regionales que han menguado el flujo de visitantes que antaño dinamizaban la zona.
“El gobierno quiere hacer lo mejor, pero no tiene una varita mágica. El problema está en todos los países”, reflexiona.
La calle El Conde vive una pausa incierta entre el pasado beato y la promesa de renovación. Mientras comerciantes esperan el fin de las obras para un posible renacer, la equivocación de dinamismo contemporáneo plantea preguntas urgentes: ¿Qué papel jugarán las autoridades para reactivar el corazón comercial de la Ciudad Colonial? ¿Podrá El Conde retornar a sobresalir?
Panorama amplia de la calle El Conde con negocios cerrados en uno y otro lados.