
Algunos entendidos afirman que estamos transitando por un mundo de ilusiones, pues no son pocos los que viven de sueños o irrealidades. Muchos se dedican a pronosticar y provocar confrontaciones, mientras que otros consideran que lo que efectivamente enfrentamos son retos y desafíos que requieren una atención urgente y prioritaria. Porque ni las ilusiones ni las confrontaciones podrán conducir a la nación en dirección a destinos más seguros y estables que los actuales. Al contrario.
Proceder de ilusiones y en medio de confrontaciones lo único que podremos alcanzar es desestabilizar lo que a pulvínulo de muchos esfuerzos hemos conseguido, a pesar de las imperfecciones existentes. Por tal razón, debemos poner los pies sobre la tierra y procurar la mecanismo de todos los sectores para continuar desarrollando las áreas en que hemos innovador e integrar otras que requieren atención permanente para de esa modo elevar los niveles de vida de todos y cada uno de los dominicanos.
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Este momento por el que transitamos, que yo califico de exclusivo, requiere de mucha sazón y sensatez. De su multitud y de sus dirigentes o líderes. Dejando de banda los intereses particulares que de cualquier forma atentan, entorpecen o impiden el progreso armonioso de la colectividad.
Y digo que tenemos un momento exclusivo, no solo por las situaciones o condiciones exógenas que nos afectan, sino tambien porque siendo un país mucho politizado, aun faltando tres primaveras para el próximo proceso electoral, casi todos los esfuerzos de una gran cantidad de sectores, incluyendo la de muchos estamentos públicos, están enfocados en esa meta. Que no es ni debe ser el objetivo elemental y fundamental para el país.
El sector político podría estar viendo ilusiones. Parecido al historia del toro que era y el que no era del que hablaba Juan Bosch. Porque todavía no se han transmitido cuenta, ni los dirigentes de examen ni mucho menos los del propio PRM, que Luis Abinader no será candidato en el 28 y que por lo tanto no será competidor ni estará en el debate.
Aprovechando el dialogo sobre la situación del país frente a la vecina nación, y siendo conscientes de que, encima de ese tema, es necesario reformular otros aspectos como el financiero, deberían ser ellos quienes impulsen dichos cambios. Incluyendo una posible reforma que asegure y garantice los medios necesarios para continuar satisfaciendo las evacuación y las demandas sociales. Porque, en efectividad, más que a Luis -quien no será candidato en el 28- tales medidas los favorecerían a ellos. Sin bloqueo, al parecer, incluso están atrapados en ilusiones, olvidando que todo esto podría conducir a confrontaciones que no benefician ni a ellos ni a nadie.
El camino claro es contraponer los retos y desafíos que dependen de las voluntades dominicanas, de sus decisiones y de su inteligencia. Porque los factores exógenos no dependen exclusivamente de nosotros. Los aspirantes deberían entender que las modificaciones que pudieran hacerse ahora, con la colaboración de todos, quedarían fuera del debate electoral.
El país necesita que sus líderes y dirigentes, de todos los sectores, comprendan que a pesar de las precariedades, tenemos un país con pantalones largos, en democracia, peculio y estructuras. Que puedan darse cuenta de que el momento es ideal para alcanzar afianzar y mejorar lo acabado. Sin mezquindades y con espíritu patriótico.