
Se podría pensar que la rivalidad entre los equipos de fútbol OM (Descarado de Marsella) Y PSG (París Saint-Germain) se debe a una típica competencia entre la caudal y la segunda ciudad del país, o a razones geográficas, culturales y sociológicas.
En ingenuidad, esa enemistad fue creada por los dirigentes de los dos clubes (entre ellos, el célebre patrón Bernard Tapie) al final de los abriles ochenta, con el objetivo asumido de estimular a los equipos e hinchas, dar color al campeonato y explotar comercialmente esta rivalidad con grandes citas deportivas.
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Italianos antaño que parisinos
Sea cual sea la razón, este fin de semana, la casi totalidad de los hinchas marselleses cruzarán los dedos de las manos y los pies para que el PSG pierda en la final de la Combinación de Campeones delante el Inter de Milán. Tanto es así que, en la ciudad mediterránea, por otra parte de los que lucirán la tradicional camiseta blanca y cerúleo del OM, estarán los que han acabado conseguir camisetas del Inter.
«Es una excentricidad, todo el mundo quiere la camiseta del Inter. Durante todo el año, no hay demanda, nadie quiere la camiseta del Inter. Ahora, parece que toda la clan se está convirtiendo en interista. ¡Es una excentricidad! Rezaremos para que el Inter gane», dice Ismaël, un tendero de la tienda de deportes en Marsella, al canal BFMTV.
“Por supuesto, miraremos el partido y celebraremos la derrota del PSG”, comenta la verde Ambre en BFMTV. “¡Forza Inter! No podemos hinchar por París, no es posible”, estima por su parte Alix, de 48 abriles. Por lo que el apoyo regalado al club parisino por Zinedine Zidaneel nene prodigio de la ciudad, y por Basile Boli, el inverosímil goleador del OM en 1993, ha inconsiderado a muchos marselleses.
Los parisinos en un aprieto
Algunos bares ya han previsto pantallas gigantes, pero advierten a los hinchas parisinos que será mejor para ellos advenir desapercibidos. Este año no se han tomado medidas sobre el uso de la camiseta del PSG, contrariamente a 2020 cuando la Prefectura intentó prohibirla en el centro de Marsella para la final contra el Bayern.
De hecho, si acertadamente muchos parisinos se han mudado a Marsella desde la pandemia de Covid, algunos regresarán a la caudal este fin de semana para proceder a fondo la final. «Los hinchas del Marsella están muy contentos de odiar a París, eso une a la clan», observa Axel en el diario Provención.
Durante al menos 90 minutos, el corazón de los marselleses será italiano, aunque por supuesto, no se comercio tanto de ver obtener al Inter, sino sobre todo de ver caer al PSG a las puertas del codiciado título. Y es que el OM es el único club francés en activo realizado la correr en 1993, como siempre lo recuerdan sus hinchas al editar su célebre enunciado: «Para siempre el primero» (para siempre los primeros).
Mientras tanto en Italia, muchos hinchas, y en particular los del AC Milan, el gran rival del Inter, y los de la Juventus de Turín, su enemigo histórico, apoyarán el PSG.