
Romaníes.– Aunque continúa su recuperación por problemas respiratorios, el papa Francisco no quiso suspender una de sus costumbres más simbólicas y este Jueves Santo realizó una breve encuentro a la mazmorra de ‘Regina Coeli‘, ubicada en el corazón de Roma.
A sus 88 abriles y visiblemente frágil, el pontífice arribó a la penitenciaría minutos ayer de las 15.00 hora nave (13.00 GMT) a borde de un transporte, en una aparición discreta en el arrabal de Trastevere, muy próximo al Vaticano.
Se trató de una encuentro rápida, de unos 20 minutos, pues el coche del pontífice abandonó el centro penitenciario a las 17:25 horas locales (15:25 GMT).
Igualmente te puede interesar:
Su cita, aunque esperada, no fue confirmada previamente por la Santa Sede ya que dependía del estado de sanidad de Francisco, que se encuentra todavía convaleciente desde que salió del hospital el 23 de marzo, posteriormente de 38 días ingresado por una pulmonía doble.
El papa entró en la prisión en la apero de ruedas que ya usaba ayer de su hospitalización por sus problemas de movilidad y fue recibido por la directora de la penitenciaría, Claudia Clementi, y por numerosos miembros del personal, entre aplausos y ovaciones.
Posteriormente, mantuvo un encontronazo con un camarilla de unos 70 presos y no utilizó las cánulas nasales por las que recibe oxígeno y con las que ha aparecido en varias ocasiones en sabido, según puede estar en una foto difundida por el medio oficial ‘Vatican News’.

Francisco no ha participado esta mañana en la ceremonia Crismal en la fortaleza de San Pedro, que abre el llamado Triduo Pascual hasta el próximo Domingo de Resurrección, pero sí ha decidido abastecer la tradición de conmemorar la Última suceso de Jesús con los presos.
Y es que desde que fuera estimado papa en 2013, y con excepción del 2020 y el 2021 de la pandemia, Francisco ha dedicado las tardes de Jueves Santo a revistar penitenciarías o centros para refugiados o personas vulnerables en Roma y sus alrededores (en Regina Coeli ya estuvo en 2018).
Sin retención, en esta ocasión no pudo cumplir con el rito del lavado de pies, con el que en esta época solía imitar a Jesús con sus discípulos en la Última Cena.
A pesar de que continúa su convalecencia, el papa va incorporándose poco a poco al trabajo y ayer miércoles recibió al personal y a la dirección del hospital Gemelli donde pasó 38 días ingresado.

Esta fue la primera audiencia privada a un camarilla amplio de su convalecencia, aunque ha ido apareciendo a final de algunas misas como la del Gentío de los Enfermos o el Domingo de Ramos, a veces dejándose ver con las cánulas nasales y pronunciando breves palabras.
Lógicamente no podrá participar en todos los ritos de esta Semana Santa, por lo que ha delegado en varios cardenales las celebraciones. Por ejemplo, el tradicional Vía Crucis de Viernes Santo frente a el Coliseo será presidido por el cardenal Baldassare Reina, vicario para la diócesis de Roma.
No obstante las homilías o los textos de la meditaciones del Vía Crucis han sido escritos por el pontífice.