
A dos meses de que Donald Trump proclamara el “día de la libertad” con un barraje impositivo incesante ha pasado mucho alrededor de delante y alrededor de detrás pero como quiera estamos bajo el gran enemigo de la patrimonio: la incertidumbre. Lo absolutamente evidente es la gran distorsión del comercio y la continua confrontación estadounidense con China. Ha habido tanto adelanto como postergación de importaciones. EEUU sufrió un deuda comercial récord en el primer trimestre, pero los aranceles lo redujeron en abril a 87600 millones de dólares, 20% menos que en marzo, el más bajo nivel para un mes desde 2023. En abril llegaron compras por 276100, caída del 46% con relación al suspensión nivel de marzo. Comoquiera el deuda acumulado del cuatrimestre resultó un poco más de 550000, igualmente récord histórico. Mientras, el comercio internacional de posesiones y servicios de China marcó en abril 606800 millones de dólares, aumentó interanual del 6%. Las exportaciones ascendieron a 326500 millones de dólares en tanto las importaciones fueron 280300 millones para superávit mensual de 46200 millones. En términos solo de servicios registró un deuda de unos 15805 millones. Siempre ocurrente, el presidente Trump relata que “salvó” a China al pautar por 90 días ya que, en ese momento, dice, sufría “mercadería devastadores” por los aranceles con grandes “disturbios sociales”. Vio lo que pasaba, siguió diciendo, y aceptó un rápido acuerdo de pausa porque “no le gustó” lo que pasaba. No obstante, en Washington buscan por donde crearle dificultades a Beijing. Anunciaron que trabajan “agresivamente” para revocar las visas de estudiantes chinos en las universidades por vínculos con el Partido Comunista y eventuales actividades de espionaje. En este momento hay 280000 estudiantes chinos, mayormente de postgrados, que representan más del 25% del total de alumnos extranjeros en el país. China tiene otros cientos de miles en otras universidades en países desarrollados.
Se reportó que se prepara una norma para incrementar las prohibiciones de ventas de semiconductores y otras tecnologías y sancionar nuevas empresas chinas de IA. China, a su vez restringe las ventas de minerales críticos. Trascendieron planes norteamericanos para incrementar sustancialmente la saldo de armas a Taiwán en presencia de lo cual China advirtió, más robusto que de costumbre, que la cuestión en torno a la isla es una “ristra roja infranqueable”. Entonces, nadie sorprendente que el secretario del Riquezas, Scott Bessen reconozca que las negociaciones comerciales se encuentran “estancadas”.