
Por Luis Felipe Rosa Hernández
Resulta insuficiente localizar la consulta que inició el presidente Luis Abinader con los expresidentes de la república Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina sobre la crisis por la que viene atravesando Haití y la creciente migración de ciudadanos haitianos con destino a nuestro demarcación, de guisa masiva e irregular.
La ampliación de esa consulta, con la convocatoria del Consejo Financiero y Social, además resulta insuficiente por cuanto ese mecanismo de consulta y debate no zapatilla ni representa al conjunto o veterano parte de la sociedad.
El problema haitiano, por su trascendencia, debe ser asumido de guisa más amplia y abarcadora, en primer ocupación, mediante un proceso de orientación y educación ciudadana para que la nación se empodere de esta cuestión de guisa objetiva, desde una perspectiva positiva y civilizadora, con visión de futuro. En segundo ocupación, convocando, organizando y llevando a límite una consulta sobre las propuestas y soluciones que deben articularse para encarar esta problemática en sus diferentes y múltiples vertientes.
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El pueblo, como poseedor de la cabeza colectiva es el más sabio de los sabios. Al empoderarlo del asunto, abriendo un río de opiniones, surgida y cocinada desde la misma fondo del pueblo, desde los territorios, los municipios, distritos municipales, secciones y parajes, barrios y urbanizaciones, desde los centros de trabajo y estudio, no solo constituirá la mejor guisa de extraer conclusiones para elaborar políticas públicas y ejecutar programas específicos por cada perspectiva de la problemática haitiana y la crisis migratoria, sino que por otra parte nos permitiría compactar una visión y sentimiento de nación más o menos de las conclusiones finales de esa consulta doméstico.
Para obtener ese propósito se requiere copular un gran activo que permita ejecutar los programas de orientación, de educación y de consulta al pueblo sobre las diversas vertientes de la cuestión haitiana.
El gobierno conjuntamente con el CESlas universidades, los ayuntamientos y los partidos políticos, deberán aunar voluntades en esa gran empresa.
Para la consulta, deben ser ampliamente utilizados los medios digitales, desde varios correos electrónicos hasta las redes sociales, como el WhatsApp y Instagramponiendo a disposición de la ciudadanía una consejo especifica como la que ha sido utiliza en varias oportunidades. Adicionalmente, en los municipios, barrios y urbanizaciones tendrían que calendarizar y realizar asambleas comunitarias, dirigidas por los ayuntamientos y las juntas de vecinos, durante los días destinados específicamente para la consulta doméstico.
Convocar y movilizar al pueblo de guisa organizada, más o menos de un tema de interés colectivo, debiera convertirse en una utensilio de frecuente utilización por parte de las autoridades y el liderazgo doméstico y tópico.