
Loss diccionarios están más vivos que nunca. Tanto que denostamos las nuevas tecnologíassin hacernos cargo de los servicios que nos prestan, y para los que construimos y usamos diccionarios este es uno de ellos.
Son precisamente las nuevas tecnologías las que nos permiten que nuestros diccionarios mantengan, o al menos lo intenten, el paso de la vida. Descarten definitivamente la idea del diccionario para toda la vida; hay –o eso dicen– amores para toda la vidapero diccionarios…
En otros tiempos de tinta y papel, los diccionarios perdían paso tan pronto veían la luz. Una vez el tomo en la calle no había posibilidad de enmendar errores, combinar definiciones, añadir nuevas palabras o acepciones o, tal vez, suprimirlas.
Aquellos diccionarios nacidos con afición de permanencia estaban condenados a esperar. Los lexicógrafos comenzaban su tarea de revisión tan pronto callaba la imprenta.
Reiniciaba la búsqueda de palabras chiviricas que se habían escapado al expurgo de los textos; se aceitaba de nuevo el expectante para descubrir las palabras frescas recién panorama del horno; se repasaban una y otra vez las definiciones; se sufrían ampliamente los gazapos, las errataslos errores.
El fruto del trabajo de los lexicógrafosa los que siempre nos imaginamos encerrados en su cueva entre libros –nulo más allí de la ingenuidad–, se atesoraba largos abriles esperando la oportunidad de una nueva publicación.
Parece que nulo ha cambiado. A los lexicógrafosmal que nos pese, nos siguen imaginando en nuestra cueva rodeados de libros; seguimos persiguiendo palabras, exprimiéndolas para que nos den todo su lucro, sabaneando lapsus y deslices, con la conciencia de que con la lenguaje siempre vamos un paso –o muchos– a espaldas.
Nuestra tarea sigue siendo la misma. Sin retención, todo ha cambiado. La diferencia estriba en que ya no estamos obligados a esperar a la imprenta; ni nosotros ni los usuarios de nuestros diccionarios.
Tan pronto localizamos un error, descubrimos una nueva palabra, o una que se nos había escapado, un nuevo matiz de significado, una acepción más, nuestro diccionario los incorpora. Así lo hacen ya muchos de los más prestigiosos; y así lo hace el nuestro, el Diccionario del gachupin dominicano.
Su historia nos sirve de ejemplo. Nació en noviembre de 2013 y tuvo que esperar hasta septiembre de 2024 para su segunda publicación, que marcó un hito en la lexicografía dominicana por ser la primera de las nuestras en formato digital (www.igalex.org).
El trabajo de los lexicógrafos que estamos detrás del Deducir no ha parado. Y los resultados de esta labranza constante ya no tienen que esperar una plazo para ponerse al servicio de los hablantes: se incorporan de inmediato al diccionario digital y mantienen su importancia y su vigencia.
Contamos con los usuarios del Diccionario del gachupin dominicanocontamos con ustedes, para que nos ayuden. ¿Que cómo pueden hacerlo? Cuéntennos su experiencia de consulta, avísennos si nos equivocación o sobra poco, a través de las redes sociales (@dicespdominicano.2024) o al correo de nuestro equipo lexicográfico (equipoded@igalex.org).
Ahora que las nuevas tecnologías nos permiten trabajar para que todos tengamos ataque libre y regalado a nuestro diccionariose renueva nuestra ilusión por rendir frutos, por que nuestro Deducir mantenga su importancia y fortaleza para que siga a nuestro servicio, por que nuestro Diccionario del gachupin dominicanoel de todos, siga vivo y suelto.