
- Cada 20 de mayo, el mundo dirige su atención en dirección a los polinizadores más esenciales del planeta. Las abejas, invisibles para muchos, sostienen gran parte de lo que comemos y preservan ecosistemas enteros con su trabajo silencioso
Pasan desapercibidas, pero su tarea sostiene buena parte de la vida en la Tierra. Las abejascon su incansable planeo de galantería en galantería, permiten que miles de cultivos den fruto. Sin ellas, desaparecerían alimentos básicos, la biodiversidad colapsaría y los sistemas agrícolas enfrentarían una crisis sin precedentes.
El 20 de mayo se instauró como el Día Mundial de las Abejas, en honor al principio de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna y originario de Eslovenia. La plazo fue establecida por la ONU en 2017.
Encima, esta plazo sirve para reflexionar sobre su importanciasu fragilidad y los peligros que enfrentan oportuno a la actividad humana. Más allá de la miel, su rol en el contrapeso ambiental es tan profundo como subestimado.
Aliadas en la seguridad alimentaria

Las abejas no solo fabrican miel; todavía son responsables de fecundizar cientos de especies vegetales. Su planeo constante entre flores permite la reproducción de frutos, semillas y verduraslo que asegura una dieta diversa y rica para millones de personas. Estudios internacionales coinciden en que al menos un tercio de los alimentos que consumimos cada día existen gracias a su movimiento.
Su impacto no termina en el plato. Además participan en el ciclo de muchas plantas silvestres, contribuyendo a suministrar ecosistemas completos. En regiones rurales, donde la agricultura depende de cultivos variados, las abejas garantizan rendimientos estables.
Sin incautación, esa tarea imprescindible no siempre es reconocida. Son cada vez más los cultivos extensivos que excluyen flores silvestres, y la presencia de pesticidas ha limitado sus zonas de movimiento. La dependencia humana en dirección a estos pequeños polinizadores crece, pero sus espacios se reducen a un ritmo inquietante.
Amenazas que zumban: pesticidas, monocultivos y colapso climático

La reducción de las poblaciones de abejas no es un engendro accidental. Está vinculada a prácticas agrícolas intensivas, uso indiscriminado de químicos, plagas invasoras y pérdida de cubierta vegetal nativa. Uno de los enemigos más letales es el neonicotinouroun tipo de insecticida que afecta su sistema nervioso y altera su capacidad de orientación.
Sumado a ello, los monocultivos extensivos eliminan la heterogeneidad floral, forzando a las abejas a recorrer distancias más largas y con último manutención. La contaminación del aerofagia todavía reduce su capacidad para encontrar flores.
El calentamiento integral actúa como un factótum adicional de presión: modifica los ciclos de floración, altera los hábitats naturales y genera eventos climáticos extremos que afectan a las colonias. Las sequías prolongadas y las lluvias intensas impiden el trabajo de convento, provocando debilidad y desaparición de colmenas enteras.
Mucho más que miel: un alimento antiguo con valencia terapéutico

La miel es uno de los productos más antiguos del mundo. Encima de su sabor dulce y textura particular, tiene propiedades antibacterianas, antioxidantes y energéticas. Culturas ancestrales ya la usaban para curar heridas, aliviar afecciones respiratorias y reanimar la inmunidad.
Hoy, la ciencia ha confirmado muchos de sus beneficios. La miel natural ayuda a mejorar la digestión, calma la tos y acelera la recuperación de procesos inflamatorios. Es rica en vitaminas, minerales y enzimas activas.
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Consumir miel de productores locales no solo progreso la sanidad, sino que todavía fortalece la patrimonio rural y la conservación de las abejas nativas. Existen muchas variedades —de eucalipto, flores silvestres, cítricos, entre otras—, cada una con características únicas. En países como el Perúel fomento de la apicultura sostenible ha cobrado fuerza como respuesta a la carestia de proteger los polinizadores.
Educación ambiental y acción directa: una causa que suma colmenas

El Día Mundial de las Abejas todavía moviliza a comunidades, escolares y científicos en campañas de sensibilización. Iniciativas como la instalación de jardines con flores nativas, la reducción del uso de pesticidas caseros o la promoción de colmenas urbanas ayudan a suministrar vivas las poblaciones locales.
Las escuelas, a través de actividades pedagógicas, enseñan a los más jóvenes el rol que cumplen estos insectos en la producción de alimentos. En muchas regiones andinas y amazónicas, se recuperan saberes tradicionales vinculados al manejo respetuoso de las abejas nativas sin aguijón.
Organizaciones ambientalistas, por su parte, han convertido la defensa de los polinizadores en una bandera de lucha. Desde campañas digitales hasta ferias agroecológicas, la visibilidad del tema crece año a año. Las abejas, pequeñas y silenciosas, se han convertido en emblemas de una nueva conciencia ecológica que reclama acciones concretas y sostenidas.
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