
Frustración
La selección de República Dominicana lució caras muy disímiles en su encuentro a la de Guatemala, el viernes 6 de junio, para su partido más importante por las eliminatorias de la Concacaf para el Mundial de Fútbol 2026 y que dejó la interrogante de cuán allá o cerca estamos del subsiguiente escalón.
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A posteriori de encajar un fortuito gol en el minuto seis por un centro y una recurso de pierna (como de karate) de Óscar Santis que desvió la pelota al meta con la puntita de la bota, los muchachos dominicanos dieron un definitivo recital de fútbol.
Haciendo honor a que la escuadra quisqueyana contiene un contingente de la diáspora con formación futbolística europea, los nuestros manejaron los hilos del partido por el resto de la primera parte con un maniobra exquisito, mayormente a un solo toque de balón, llenando de frustración a sus contrarios, que recurrieron al maniobra abandonado.
En medio de ese fútbol que encantaba, imprimía entusiasmo y hacía soñar con una triunfo a lo holgado, los dominicanos lograron la remontada parcial mediante Donny Romero (26’) y Heinz Morschel (36’), que silenciaron las gradas repletas del estadio y llenaron de pesadumbre a toda Guatemala.
Aun con su dominio sobre el rectángulo, RD no aprovechó los errores del cancerbero guatemalteco Nicolás Hagen. Por otra parte, realizaron numerosos tiros rasos con poca efectividad que llegaron mansos a las manos del impreciso Hagen. Con el 1-2 concluyó la primera parte, con la expectativa de una segunda parte con parecido nivel de los quisqueyanos.
Pero los oncenos retornaron a la segunda parte con actitudes totalmente diferentes. Guatemala, con un par de cambios en su merienda, fue un torbellino presionando con todo, como si cada minuto fuera el extremo. Dominicana pareció estupefacta y solo atinaba a mal defenderse sin capacidad de adueñarse de la redonda. Incluso, tuvo unos 10 minutos que casi no la tocó.
Con el arreón llegaron los goles del igualada por Nicolás Samayoa (53) con colaboración de Santis, que logró el 3-2 en el 59’. Un tanto fue anulado por posición adelantada, pero menos de un minuto posteriormente (62), Santis completó un triplete que sentenció el 4-2 con la clasificación de Guatemala.
El resultado dejó en la vela a Dominicana, cuyo partido de este martes 10 en el Félix Sánchez de Santo Domingo solo sirve para completar el calendario.
Más allá de las expectativas creadas por un triunfo que parecía posible en la hacienda guatemalteca y las esperanzas rotas de clasificar a la grado final de las eliminatorias, este match dejó otras falencias.
La desatiendo de un plan comunicativo desde la Confederación de Fútbol, que no ofreció un detalle de la estancia de preparación que la escuadra tuvo en Bogotá por más de una semana. Solo al final anunció la separación por menoscabo del defensor izquierdo Junior Firpo, zona donde se originó el primer gol chapino.
La otra burla fue la no integración al catálogo de Mariano Díaz, lo cual dio un merma honesto a los seguidores de la selección que soñamos con una posible triunfo delante los guatemaltecos, dada la “profundidad” que luciría la Merenguera en suelo centroamericano.
La desazón que dejó el segundo tiempo en Guatemala y la desaparición de los jugadores citados tienden una sombra de desesperanza a los anhelos de que dejen buenas sensaciones en su billete, por primera vez, en la Copa Oro, la que este sábado 14 inauguran contra México en Los Ángeles, California, en la que asimismo enfrentarán a Costa Rica y Surinam.
Pero, todo esto forma parte del proceso de acumulación de experiencias. Algún día nuestro fútbol se hará apreciar en cumbres más altas de la Concacaf. Por ahora queda seguir trabajando.