

EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
El país y las autoridades dominicanas habrán despertado y decidido realizar, con la firmeza que correspondía, poco tarde frente a la crisis aguda del vecino Haití y la penetración masiva de indocumentados en dirección a el demarcación doméstico, pero lo están haciendo.
Es añoso, y una verdad de todo tamaño, el dicho aquel de que: “es mejor tarde que nunca”. Con el control migratorio prácticamente perdido y el demarcación – con hospitales, escuelas y el presupuesto doméstico incluidos- arropado de punta a punta por nacionales haitianos sin ninguna identificación, el gobierno tenía que hacer poco más que opinar que estaba en un proceso de deportación de ilegales.
Tenía que sacudirse y cursar algunas señales, que no eran más que estar en disposición de aplicar la ley migratoria como manda, y darse a respetar.
Aun con algún error en el camino y la indigencia de mano de obra de por medio, cubo el aumento del peligro y la amenaza permanente a la propia integridad de la nación, la influencia oficial dispuesta en Mata mosquitos y en maternidades y hospitales públicos para detener el flujo incontrolado de parturientas del vecino país, no podía esperar más.
Por el contrario, demasiado larga y cuerpo se le dio a ese foco peligroso y perturbador, como muchos otros asentamientos humanos irregulares a los que no se les ha puesto atención todavía.
Es, sin duda, el beneficio inmediato de la marcha-protesta que tuvo división en Friusa. Y es que cuando los gobiernos se duermen, el pueblo los mueve para que despierten y se despierte la conciencia doméstico.

Mecanismo
En un momento crítico, con amenaza y carga pesada encima, al gobierno no se le debe dejar solo en esto. La hora es de pelotón de todos los sectores, sin color político. Y hay que igualar la influencia y los discursos, para evitar palos a ciega.
Por ejemplo, cuando el canciller Álvarez plantea en Naciones Unidas que el colapso de Haití podría derivar en una crisis internacional y aquí el ministro de la Fuerzas Armadas dice que las bandas que controlan allí no son peligro para nosotros. ¡Que ingenuo!
Creo que el presidente Abinader debe apetecer e invitar a una cumbre a los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina y al ex canciller Miguel Vargas sobre el tema. Al primero y al segundo, con amplios contactos internacionales, muy proporcionadamente se le pudiera fiarse una efectiva tarea de defensa del pais.
encar-medios @hotmail.com
Jpm-am
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