
Con pérdidas estimadas entre los 700 y 800 millones de pesos, más de 65 comerciantes resultaron afectados por el siniestro que redujo a cenizas 110 locales de almacenamiento de alimentos en el Mercado Dominicano de Abasto Agropecuario (Merca Santo Domingo), en la Mecanismo F1. En esos espacios se almacenaban especias, bebidas gaseosas, agua, azúcar y productos secos.
De acuerdo con Sócrates Díaz, director del Merca Santo Domingo, el incendio afectó por completo la infraestructura, dejando daños irreparables. La mayoría de los comerciantes no contaba con seguros y encima tenía créditos pendientes con suplidores.
Entre los afectados se encuentra el señor Rafael Osorio, quien perdió mercancía valorada en millones de pesos y tiene deudas que superan los 20 millones.
Osorio, visiblemente angustiado, expresó su desesperación tras ver reducidos a cenizas más de cuatro primaveras de esfuerzo, quedando nada más con la deuda personal que contrajo para establecer su negocio. Hizo un llamado al Gobierno para que le brinde apoyo. «La mayoría no tenemos. Los informales no tienen respaldo de las aseguradoras.»
Otra comerciante afectada es Catalina Villar, quien llevaba más de 20 primaveras rentando una nave en ese espacio, además manifestó su dolor y desesperación. Dijo que su única esperanza es que el Gobierno acuda en auxilio de los damnificados.
Villar aseguró que el mercado presentaba un severo estropicio por errata de mantenimiento, y señaló que el incendio se originó por un cortocircuito. Lamentó que no hubiera agua acondicionado para controlar las primeras llamas.
De su flanco, Eduardo Hernández, representante de la Cooperativa del Merca Santo Domingo, expresó que la mayoría de los comerciantes no cuenta con seguros que cubran este tipo de pérdidas, por lo que solicitó ayuda al Gobierno para que puedan continuar operando.
Mientras, Rafael Díaz Cueva de la asociación de comerciantes del Merca, hizo un llamado al Gobierno para asistir a los comerciales.
La administración acento
Sócrates Díaz, quien explicó que, aunque no fue posible evitar que el fuego destruyera la mercancía, sí lograron excluir vidas al impedir que comerciantes y curiosos ingresaran a la zona afectada. Esta laboreo fue realizada en conjunto con la Defensa Civil y la Policía Municipal, quienes evitaron el camino de propietarios y transeúntes, previniendo cualquier equimosis.
«Eso es lo más importante. Como decía Alberto Cortés, lo de poco valor se negocio con plata; la vida humana no tiene precio. Aunque afligidos por las pérdidas materiales, nos sentimos aliviados de que no haya heridos», expresó Díaz.
Agregó que el incendio afectó a comerciantes mayoristas de productos variados y que la mayoría de los beneficios se perdió por completo. Solo algunos productos almacenados fuera, cubiertos con lonas, pudieron salvarse, pero fueron muy pocos.
Aclaró que el fuego inició poco luego de las cinco de la tarde y descartó que se debiera a un cortocircuito. Informó que el suministro eléctrico fue interrumpido de guisa preventiva en otras áreas, las cuales no resultaron afectadas gracias a que cuentan con energía soterrada.
Pasada las 10 de la mañana en el oficio continuaba movimiento de vehículos pesados, los bomberos sacando escombros para continuar sofocando el derribo. Y una gran multitud llena de pesar y dolor con la mano en la persona porque han perdido todos sus ahorros.
LLas labores de los bomberos no se detienen, dijo José Antuna Interdente de Bomberos de la Gualliga, quien expresó que están en período de refrigeración. Solo resta un 5%. Al oficio se apersonaron más de 24 unidades de cuerpo de bomberos de diferentes localidades, entre ellas San Cristóbal, y otras zonas.
Con más de 5 horas de laboreo, y aún ahora está en la período final más de 99 por ciento de laboreo.
Ahora entran a la período de investigación de que causó el fuego, dijo el servidor divulgado a los presentes.
Mientras, en el oficio decenas de personas, entre ellos niños buscaban entre los escombros productos con utilidad.