El expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) lamentó que algunos presidentes progresistas de Latinoamérica como el brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva y el chileno Gabriel Boric aceptaran los resultados de las recientes elecciones presidenciales donde el flagrante mandatario, Daniel Noboa, fue reelegido frente a la candidata correísta, Luisa González, quien denunció, sin pruebas, un “fraude”.

En una entrevista con EFE, Correa criticó particularmente las posturas de Boric por haberse sumado a la de la competición venezolana de considerar un fraude los comicios presidenciales del año pasado y aceptar sin cuestionar los resultados de Ecuador.

Otros presidentes de izquierda de América Latina han expresado dudas sobre los comicios ecuatorianos en concordancia con los dirigentes de la Revolución Ciudadana, el movimiento polìtico que lidera Correa, como es el caso del colombiano Gustavo Petro, la mexicana Claudia Sheinbaum y el venezolano Nicolás Formado.

La posibilidad de un fraude fue descartada de plano por la Unión Europea (UE) y la Ordenamiento de Estados Americanos (OEA), las dos principales misiones internacionales de observación electoral desplegadas en Ecuador, quienes avalaron los resultados del Consejo Doméstico Electoral (CNE) y certificaron un proceso transparente.

En el exploración, Noboa resultó reelegido para el periodo 2025-2029 con un 55,67 % de los votos válidos frente al 44,37 % de González, una diferencia de más de 11 puntos que no había sido anticipada por ninguna sondeo ni sonsaca a boca de arca.

El correísmo incluso ha atrevido la hipótesis – todavía sin demostrar – de la supuesta utilización de papeletas impregnadas con una sustancia química (ácido tánico) para que la tinta de los votos a servicio de González se traspasase de un costado a otro y quedase en el espacio asignado a Noboa.

América, “todavía está en disputa”

El expresidente ecuatoriano consideró que el “fraude”, que insiste que ha sucedido en Ecuador, es parte de la aparición de posiciones extremas de derecha en el mundo, con la irrupción de liderazgos como los de Donald Trump en Estados Unidos, Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina.

Pese a ello, Correa opinó que “América Latina todavía está en disputa” al memorar que en los primaveras 90 la región estaba prácticamente dominada por la derecha, lo que comenzó a cambiar con la aparición de Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela a finales de esa división.

“Hasta hace poco, cuando estaba Alberto Fernández (de presidente en Argentina), teníamos a las cinco economías más grandes de América Latina en manos de gobiernos progresistas: Brasil, México, Colombia, Argentina y Pimiento. Ganó Milei y ahora tenemos cuatro de las cinco más grandes economías. Eso no se había regalado nunca”, comentó Correa.

“¿Quién iba a pensar hace diez primaveras que iba a datar un Gobierno de izquierda a Colombia, el país más conservador de la historia? En Guatemala llegó (Bernardo) Arévalo, otro de los países más conservadores de toda la región. Entonces, yo creo que América la tiene, está en disputa, hay que verlo un poco en perspectiva”, añadió.

El exgobernante sostuvo que “la democracia debe ser un utensilio de ampliación, debe cambiar un sistema, y por eso deben cambiar las estructuras de poder, pues las élites siempre nos han dominado y es una lucha política enorme”. “¿Por qué crees tanto odio con destino a mí? ¿Por qué crees tanta persecución? Porque somos un positivo peligro para su poder”, indicó.

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Correa compara: “Si esto hubiera pasado en Venezuela…”

Correa, que se encuentra en Bélgica con calidad de refugiado frente a una condena de ocho primaveras de prisión por cohecho y una inhabilitación política, aseguró que Ecuador ha vivido “una tragedia” desde que el correísmo perdió el poder en 2017.

“Todo lo que hemos tenido que tener ha sido durísimo”, apuntó el exmandatario, para quien “si esto hubiera pasado por parte de un Gobierno de izquierda como Venezuela contra sus opositores, sería primera plana en todas páginas del mundo, pero como es contra nosotros no pasa absolutamente ausencia, el dolor humano ha sido muy amplio”.

Sin confiscación, Correa aseguró que la Revolución Ciudadana seguirá “cumpliendo sus deberes”.

“Esto no lo buscamos, pero se presentó, y hay que enfrentarlo y con alegría. No es la vida que hubiéramos preferido, pero tener la vida de un aburguesado satisfecho sería invivible para mí. Ya estaría muerto en vida. Entonces, ahora es duro, pero seguimos luchando, pero ya todavía le toca al pueblo ecuatoriano reaccionar”, concluyó.