
Consumir electrolitos sin necesitarlos puede ser más perjudicial que benefactor.
Santo Domingo. En redes sociales y gimnasios, cada vez es más popular ver a personas agitando sobres de sales de hidratación en botellas de agua y consumiéndolos como si fueran un complemento diario inofensivo.
Sin incautación, detrás de esta tendencia hay una alerta: “el consumo innecesario de electrolitos puede trasladar más riesgos que beneficios”advierte la nutrióloga clínica Margaret Franco.
La doble explicó a El Día los enseres de esta destreza que, si aceptablemente parece inocente, puede presentarse a ser peligrosa, incluso pernicioso.

“Si no hay pérdida, no hay carestia de reponer. Consumir electrolitos sin requerimiento médico o físico puede causar hipertensión, taquicardia, sofoco e incluso desencadenar eventos cardiovasculares severos”señaló.
Te invitamos a adivinar: Cáncer de próstata: letalidad, prevención y tratamiento
¿Qué son los electrolitos y cuándo se necesitan?
Los electrolitos son minerales como el sodio, potasio, calcio, magnesio y fosfato, presentes lógicamente en el cuerpo humano. Yuxtapuesto con el agua y los azúcares, ayudan a regular funciones esenciales como el ritmo cardíaco, la fruncimiento muscular y el nivelación hídrico. El cuerpo los obtiene principalmente de los alimentos y el agua.
“Los necesitamos cuando hay una pérdida significativa de líquidos y mineralescomo en casos de vómitos, diarreas, fiebre reincorporación o sudoración excesiva por ejercicios intensos. Un atleta profesional o cualquiera que entrena a diario a nivel competitivo puede requerir rehidratación con electrolitos, pero no una persona sedentaria o que va al estadio esporádicamente tres veces por semana”, explicó la doble.

Riesgos del exceso
Según Franco, los síntomas por exceso de electrolitos pueden confundirse con los de su carencia: asco, sofoco, confusión mental, mareos, taquicardia e hipertensión.
“Lo maniático es que tanto el obligación como el exceso provocan síntomas similares. Pero en una persona sin referencias médicos, el despotismo continuo puede convertirla en un paciente hipertenso”, alertó.
Lea igualmente: Psicólogo explica cómo el sueño impacta la vigor integral
Encima, advirtió que el uso rutinario sin supervisión puede alterar la presión arterial e incluso provocar un infarto en personas vulnerables:
“Imagínate cualquiera sedentario que toma electrolitos todos los días porque lo vio en TikTok. Si no tiene un sistema cardiovascular cachas, esa excitación extra puede desencadenar un evento peligroso”expresó.
¿Qué dice la OMS?
La Estructura Mundial de la Sanidad (OMS) no recomienda el consumo habitual de soluciones de rehidratación hablado (SRO) o bebidas con electrolitos en personas sanas y sin deshidratación.
Estas fórmulas están diseñadas específicamente para tratar casos de diarrea aguda, especialmente en niñosel para adultos mayores con peligro de deshidratación severa.
De acuerdo con las directrices de la OMS, su uso debe estar orientado por una carestia clínicaya que las SRO contienen proporciones específicas de sodio y azúcar. Consumirlas sin requerimiento puede alterar el nivelación hidroelectrolítico y causar daño renal o cardiovascular.

Hidratación no es lo mismo que rehidratación
Uno de los errores más frecuentes es confundir uno y otro conceptos.
“Hidratarse es lo que hacemos a diario con agua para perdurar el cuerpo funcionando. Rehidratarse, en cambio, es un proceso terapéutico que se aplica cuando el cuerpo ha perdido líquidos y minerales. Ahí es donde entran los electrolitos, pero siempre con criterio médico”explicó Franco.
La información como utensilio de prevención
Para la doble, la esencia está en la educación.
“La desinformación es pernicioso. No todo lo que ves en redes es aplicable a tu vida. No sigas modas que pueden comprometer tu vigor. Si no tienes pérdida, no repongas lo que no te desatiendo”sentenció.
“Consulta a un profesional. No tomes electrolitos como si fueran concentrado de frutas. Si llevas una dieta equilibrada y tomas suficiente agua, ya estás haciendo lo correcto”concluyó.
Franco igualmente recordó que más del 60 % del peso corporal humano es aguapor lo que el cuerpo necesita líquidos para funcionar y puede sobrevivir semanas sin alimento, pero solo pocos días sin agua.
“La deshidratación es mucho más peligrosa que la desatiendo de comida”enfatizó.