
La tragedia de Jet Set ha conmovido hasta el tuétano a dominicanos de todas las clases. El duelo durará mucho tiempo más, no sólo entre los deudos de los fallecidos y heridos, sino entre cada persona sensible que calma respuestas convincentes sobre el suceso. Nunca es muy temprano para que las autoridades inicien las pesquisas judiciales y peritajes indispensables. No me refiero a la comisión anunciada oportunamente por el presidente Abinader, cuyo Gobierno ha cumplido excelentemente la mayoría de las labores de rescate, auxilio y apoyo a las familias afectadas. Hablo de la obligación de la Fiscalía del Distrito Doméstico de instruir cuanto ayer el proceso contencioso que debe establecer las consecuencias penales tras la asesinato de al menos 225 personas y varios cientos de heridos y afectados. La sociedad calma además las acciones civiles correspondientes. Ha habido mucha confusión por publicaciones irresponsables en redes sociales mientras los medios de prensa aparentan tener una inmerecida consideración para con el dueño de la discoteca, que es además propietario de la poderosa dependencia de radiodifusión RCC Media. Es difícil ocultar, maquillar, excusar o mucho menos desmentir la responsabilidad de Jet Set. Sería otra tragedia que este tremendo hecho no sea un punto de inflexión para ordenar y corregir todas las lacras, deficiencias, complicidades y vagabunderías que culminaron con tantas muertes y demás daños.