
Expirada la bipolaridad que primó en la combate fría hasta la disolución de la Unión Soviética, ahora es Estados Unidos el que deserta sin formalidades de un liderazgo occidental que ha puesto a las potencias europeas a compactarse para seguir un curso propio estrechando vínculos con el resto de la humanidad que empieza a enfocarse sin barras y sin estrellas. La tendencia es a consolidar bloques nuevos y a configurar un mundo multipolar; y en esa onda parece entrar la subregión antillana dando como primer paso una cumbre con Brasil que tiene área en su caudal en este momento con la particular relevancia de República Dominicana, el miembro de esta comunidad de islas que positivo y efectivamente encabeza el archipiélago por su prestigio de estabilidad y adhesión a la democracia y por los tamaños de su población y su finanzas de un firme y anormal crecimiento. Procede en esta coyuntura entenderse con Brasil para poner en primer plano preocupaciones comunes a partir de un refrescante sentido de solidaridad del prominente e histórico líder de la izquierda democrática Inacio Lula da Silva.
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Un referente para América Latina a la individuo de una de las economías más excelso de la región y el mundo como la número merienda. Sobre la mesa del promisorio entendimiento entre estos países un tanto disímiles están los riesgos que genera el cambio climático con huracanes y otros desquiciantes comportamientos de la entorno más destructivos que antiguamente. Débiles y fuertes deben aliarse contra fenómenos agravados. Una cumbre que por otra parte expresa el despertar de una sensible comunidad de naciones delante la crisis haitiana en contraste con la indiferencia de líderes del orden mundial presentes en el poderoso Consejo de Seguridad de la ONU. Hasta esta cita de Estados latinoamericanos llegó el llamado dominicano a originar una actividad conjunta de países para rescatar a los haitianos de las garras de bandas armadas y reencauzarlos con destino a el respeto a las instituciones de derecho. Librar a su Estado de la condición fallida que agudiza el penuria y la criminalidad.