
La República Dominicana se está consolidando como uno de los destinos favoritos para la relocalización de manufactura por parte de compañías estadounidenses, que buscan achicar costos, acortar tiempos logísticos y sortear barreras arancelarias impuestas en países como México y China.
Uno de los ejemplos más recientes es World Emblem, el viejo productor mundial de parches para ropa, proveedor de marcas como Levi’s, UPS y entidades como el Sección de Seguridad Franquista de EE. UU. La empresa decidió trasladar entre el 30% y el 35 % de su producción a República Dominicana, tras los aranceles del 25 % anunciados por la oficina de Donald Trump.
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“La osadía fue inmediata. Actuamos rapidísimo porque los aranceles nos estaban afectando musculoso”, afirmó Randy Carr, director ejecutante de Emblema del mundo. La compañía iniciará este mes la construcción de una planta de más de 9.000 metros cuadrados en la isla caribeña, con miras a comenzar operaciones en 2025.La proximidad geográfica con Estados Unidos, una fuerza sindical capacitada y un atractivo régimen de zonas francas han sido factores decisivos para este aberración.
Las zonas francas en República Dominicana ofrecen exenciones fiscales de hasta el 100 % en impuestos sobre la renta, exportaciones, maquinaria e importaciones secreto. Actualmente, existen 92 zonas francas activas, con más de 850 empresas operando, según el Consejo Franquista de Zonas Francas.
“El país es reconocido por sus playas, pero no tanto por su sector manufacturero. Eso está cambiando rápidamente”, expresó Marino Auffant, asesor en inversión y fundador de Aviso integral auffant.