
La nutriente es una aprieto básica, pero las emociones pueden influir en lo que comemos. ¿Alguna vez has sentido un impulso repentino de yantar poco dulce posteriormente de un día angustioso? Esto podría ser penuria emocionalun aberración que afecta a muchas personas sin que lo noten.
¿Cómo diferenciar el penuria fisiológica del penuria emocional?
El penuria fisiológica surge de modo progresiva y está relacionada con la desatiendo de nutrientes en el cuerpo. Se manifiesta con movimientos en el estómago, cansancio, desatiendo de concentración e incluso mareos.
Por otro banda, el penuria emocional aparece de repentesin una aprieto vivo de energía. Se asocia con estados de humor como estrés, ansiedad, tristeza o aburrimientoy suele originar antojos de alimentos ricos en azúcar o crema.

Este tema ha sido abordado por la nutrióloga Monserrat Rodríguez Valientecolegial del Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)quien destaca la importancia de recordar el penuria emocional y estudiar a gestionarla de modo saludable.
Las consecuencias de yantar por emoción Ser un comedor emocional puede afectar la calidad de vida y aumentar el aventura de padecer obesidad, diabetes, hipertensión o trastornos alimentarios.
¿Cómo controlar el penuria emocional?
- Lleva un diario de alimentos para identificar patrones de consumo.
- Planea tus comidas y disfrútalas sin distracciones.
- Instruirse escuchar las señales de tu cuerpo para recordar la saciedad.
- Si es necesario, examen apoyo de un nutriólogo o psicólogo para mejorar tu relación con la comida.
La secreto no es restringir, sino entender tu nutriente y encontrar el estabilidad. Engullir con conciencia te ayudará a tomar mejores decisiones y mejorar tu bienestar.