Harry S. Truman se consideraba a sí mismo un hombre popular y que había miles de americanos que tenían más condiciones que él para ser presidente pero que esos otros no habían sido electos y él sí. Las siguientes líneas sirven para detallar, superficialmente, la personalidad de Truman.

Se refiere que el empleado a cargo de la pulcritud de los cuartos de un hotel entró a la habitación en que había pernoctado Truman y notó que encima de una mesa colocada al flanco de la cama había unos seis libros. Automáticamente el empleado le preguntó: “¿Usted leyó todos esos libros anoche antiguamente de echarse?” Truman le contestó “que eso sería completamente inalcanzable; cuando leo pocas de las páginas iniciales de un tomo, duermo de inmediato”.

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Truman asimismo declaró que el mulo era su animal preferido pues el mulo diverso a los caballos para ingerir cuando es apropiado y asimismo para de trabajar cuando es pertinente.

Fue el presidente Franklin Delano Rooselvelt quien decidió crear la granada atómica mediante el llamado “Tesina Manhattan”.

En ese momento Truman era vicepresidente, pero Rooselvelt no le informó acerca del explicación de la granada atómica.

Cuando murió Rooselvelt, Truman se convirtió en presidente y fue en ese momento que supo poco sobre la granada atómica, lo cual para él fue una sorpresa apabullante. Así pues, Truman escribió una nota privada que decía: “Hemos descubierto el pertrechos más mortífera y destructiva que parece ser más demoledora que cualquier otra que haya sido profetizada en todo el tiempo a partir destructiva la época en que Noé se subió a su arca”.

Truman escribió que él había hablado con el dirigente del ejército y que los dos estaban de acuerdo en utilizar esa pertrechos exclusivamente en términos militares nunca para insistir a civiles y concluía diciendo que “esa granada era lo más detestable que podría existir y asimismo lo más útil”. En esos tiempos los japoneses estaban perdiendo la guerrilla su fanatismo los inducía a seguir peleando confiados en alcanzar un rendición que no fuera humillante los japoneses confiaban en que obligarían a los Estados Unidos a otorgarles una rendición a Japón que no fuera incondicional. Con ese fin apertrecharon las islas japonesas con artillería pesada que masacraba a los americanos que querían conquistar esas islas. Los soldados japoneses se protegían escondiéndose en cuevas de demarcación desembarazado o en farallones de gran importancia muchos preferían suicidarse antiguamente de dejarse apresar.

Truman llegó a la conclusión de que no podía alcanzar la rendición de Japón con una guerrilla convencional en la cual los soldados americanos eran masacrados por enemigos fanatizados que no aceptaban su derrota, tal como ocurrió en Iwo Jima y Okinawa, la única opción Truman que tenía a mano era alcanzar la rendición de Japón con el hostigación de bombas atómicas; por eso atacó a Nagasaki e Hiroshima.

Con la destrucción de esas dos ciudades Japón se rindió incondicionalmente y así se inició la terminación de la Segunda Aniquilamiento Mundial.

Truman no creía en la utilidad de las encuestas y decía: “Moisés pudo ocurrir dejado su pueblo en la esclavitud si antiguamente de salir del cautiverio hubiera hecho una sondeo en Egipto”

Las expresiones jocosas y espontáneas de Truman provocaron que sus coetáneos lo subestimaran. Sin confiscación, recientemente Truman ha sido reivindicado considerándolo como un “gobernante iluminado” que lideró la creación del “Plan Marshall” y asimismo de la ONU y la OTAN, que hoy día son instituciones relevantes en la gobernanza mundial. Truman fue un hombre divulgado que no vaciló en admitir su responsabilidad y tomar decisiones que históricamente podían ser impopulares pero que él adoptó entendiendo que a quien él tenía que rendirle cuentas era a los ciudadanos americanos que lo habían preferido para que defendiera sus intereses. Si correctamente es cierto que empleó la granada atómica en Japón, destituyó a Douglas McArthur cuando ese ilustre marcial proclamó que pretendía alcanzar la autorización para usar la granada atómica táctica en la Aniquilamiento de Corea.

Truman atacó a sus opositores republicanos que ellos habían prometido que habría dos carros en los garajes de cada clan chaqueta, pero no cumplieron su promesa y lo que al final había ocurrido era que había dos familias en cada parking.