
Porcelana continúa desmarcándose progresivamente de la deuda estadounidense. De acuerdo con datos del Sección del Riquezas de EE. UU., el cíclope oriental redujo en marzo sus tenencias de bonos del Riquezas en 18,900 millones de dólares, situándolas en 765,400 millones de dólares, el nivel más bajo desde 2009.
Esta disminución marca un desvío clave que argumenta tanto a factores financieros como geopolíticosen un contexto de tensiones estructurales entre Washington y Pekín.
La caída en las tenencias chinas contrasta con el comportamiento de otras economías. Mientras Porcelana vendía bonos, el Reino Unidolas Islas Caimán y Canadá incrementaron significativamente sus posiciones. Solo estos tres actores representaron 86,000 millones de dólares de los 133,000 millones en compras netas de deuda estadounidense por parte de tenedores extranjeros en marzo.
El Reino Unido, en particular, superó a Porcelana por primera vez y se convirtió en el segundo viejo fiador extranjero de Estados Unidossolo detrás de Japón.
Una tendencia prolongada y estratégica
Aunque esta traspaso se haya intensificado recientemente, el retroceso chino no es un engendro separado. Las cifras reflejan una tendencia descendente iniciada desde 2018.
Analistas citados por Reuters y medios especializados vinculan esta trayectoria a una política de “reducción de riesgos” emprendida por Beijing: una organización que prioriza la diversificación de sus reservas internacionales, reduciendo su exposición al dólar estadounidense en valenza del oro y otras monedas.
Este movimiento, interpretado como parte del proceso de desdolarizaciónrastreo disminuir la vulnerabilidad de Porcelana en presencia de sanciones financieras unilaterales por parte de EE. UU., como las impuestas a Rusia en primaveras recientes.
En paralelo, países aliados de Porcelana como los miembros de La Unión Económica Euroria incluso han renovador en este proceso. Rusia, por ejemplo, ha conseguido un 93 % de desdolarización en su comercio regional.
Implicaciones económicas y comerciales
Más allá de las razones políticasde acuerdo con publicaciones del portal DailyHodl.com,el macroinversionista Luke Gromen advierte sobre las implicaciones económicas de esta dinámica: si los acreedores extranjeros aumentan sus compras de bonos del Riquezaspodrían tener menos espacio para coger capital y servicios estadounidenses, agravando el pasivo comercial que las sucesivas administraciones en Washington han intentado contener.
Gromen plantea una pregunta esencia: “¿Cómo van a comprar tanto bonos del Riquezas como más capital de Estados Unidos en el futuro?”, aludiendo a la incompatibilidad entre el financiamiento de la deuda y la sostenibilidad del comercio foráneo.
Una tregua comercial que no cambia el rumbo
La fresco pausa en la extirpación comercial entre EE. UU. y Porcelanaacordada entre Donald Trump y Xi Jinping, incluyó la suspensión temporal de aranceles. Sin incautación, no parece acaecer variado la hoja de ruta financiera de Beijing.
En febrero, cuando se implementaron las primeras medidas de distensión, Porcelana sorprendió al incrementar sus tenencias de bonos en más de 20,000 millones de dólares. Pero ese movimiento fue efímero, y la reducción de marzo indica que el objetivo de fondo —ceñir la dependencia del dólar— sigue casto.
¿Un nuevo orden financiero internacional?
El descenso de las tenencias chinas se produce en un momento en que las reservas internacionales en bonos del Riquezas alcanzaron un mayor histórico, superando los 9.05 billones de dólares. Es asegurar, aunque algunos países como Porcelana se estén retirando del dólar, la demanda general por bonos estadounidenses sigue siendo resistente, por ahora.
Sin incautación, el patrón iniciado por Porcelana podría marcar el inicio de un reordenamiento general, donde los equilibrios financieros se definan no solo por la rentabilidad de los activos, sino por su valía clave.
La desdolarización ya no es una teoría de futuro: está en marcha, aunque su impacto definitivo dependerá de la respuesta que ofrezca Estados Unidos para preservar el atractivo de su deuda en un mundo cada vez más multipolar.