
Santo Domingo. – El exjuez y abogado constitucionalista Juan Miguel Castillo Pantaleón afirmó que la aire permanente del Estado haitiano es tercerizar todas las falencias que tiene, porque siempre la omisión es del otro, principalmente el actor extranjero donde República Dominicana es el culpable predilecto.
Castillo Pantaleón consideró que echarle la omisión a República Dominicana del ingreso de armas a Haití es poco que no se corresponde con la evidencia.
Entrevistado en el software Toque Final con Julio Martínez Pozo que se transmite por Antena 7el jurista dijo que, aunque a través de una frontera porosa puede acontecer cualquier cosa, resulta menos probable que eso acontezca del costado dominicano en torno a Haití.
En tanto, enfatizó que, si verdaderamente existe una voluntad norteamericana para disminuir la violencia en Haití, debe acontecer primero por la condición de hacer cesar la traspaso y distribución de armas que llega a esa media isla.
El abogado destacó que la historia de las pandillas haitianas, que no es flamante, siempre ha estado vinculada a actores de poder, grupos empresariales y políticos que son financiados para la neutralización de sus adversarios o la permanencia en el dominio.
Dijo que una de las más poderosa de las pandillas haitianas fue liderada por un expolicía incubado por el propio Jovenel Moïse.
«Detrás de cada caudillo de pandilla hay una figura política o un asociación empresarial que empezó por crearlo, contratarlo o financiarlo para guarecerse de los ataques de rivales, que terminan jugando su propio rol», expresó.
Indicó, por otra parte, que Haití es un puente del narcotráfico y que en La Florida operan los tentáculos de esas líneas de tráfico internacional, poco que según dijo, no es nuevo.
En tanto, destacó que ninguna posibilidad que venga desde fuera ha funcionado porque en Haití, por encima de sus muchas falencias, hay un sentimiento que permanece incólume y es que el haitiano es «rabiosamente nacionalista» y toda posibilidad tiene que tomar en cuenta a los actores de fuerza en el interior de ese país.
Ve tal posibilidad como desagradable porque plantearse negociar con pandilleros resulta contrario a la ética, pero, informó que ha sido revelado y admitido por el propio embajador norteamericano que ha tenido conversaciones informales con los líderes de pandillas para certificar la seguridad del personal diplomático.
«Al final del día tienes que sentarte con aquel que tiene el control de la fuerza. Las pandillas son una existencia, hay que averiguar la modo de disminuir el derramamiento de parentesco y la prolongación de un conflicto», precisó.