

CIUDAD DEL VATICANO.- Con el Conclave a la envés de la remate, el Vaticano comienza a aceptar a los cardenales que llegarán de todas partes del mundo.
Este evento, previsto para el 7 de mayo y que marca el proceso de selección del próximo Papa, se vive de modo singular en la ciudad eterna.
Entre los preparativos, los cardenales no solo se ocupan de la ceremonia, sino incluso de los encuentros previos en los que comienzan a discutir, entre susurros, quién podría ser el sucesor de Papa Francisco.
Residencia de Santa Marta: el espacio de acogida
En medio de este frenesí, los cardenales se encuentran principalmente en los espacios reservados para ellos: la residencia de Santa Marta, espacio que acoge a los cardenales electores durante estos días tan cruciales.
Es aquí donde los candidatos potenciales se conocen mejor, intercambian opiniones y empiezan a formar las alianzas que podrían influir en la selección final.
Participan en los rituales litúrgicos, como las misas en San Pedro y las Congregaciones generales en el Cátedra Paolo VI, y incluso aprovechan los momentos de ocio para conocerse mejor entre sí y afinar sus relaciones en un entorno más relajado, acullá de la presión de los pasillos del Vaticano.
La residencia de Santa Marta, donde vivió y falleció el Papa Francisco, se convierte en el hogar temporal de los cardenales electores durante el Conclave. Este espacio, que funciona como un hotel, presenta ciertas peculiaridades.
Uno de los detalles más curiosos es la asignación de habitaciones. Según explicó el prelado Ignazio Sanna, se deciden por sorteo para evitar protestas. Este mecanismo asegura que no haya disputas sobre la ubicación ni sobre los compañeros de habitación, evitando cualquier percepción de injusticia o desequilibrio.
Si adecuadamente tienen todas las comodidades, la tradición austera de Francisco cambió un poco las reglas del espacio y algunos cardenales no estaban al tanto de las nuevas tradiciones…
Entre risas, el prelado retirado Anselmo Guido Pecorari relató al Corriere della Sera una peculiaridad sobre un cardenal extranjero que, al invitar a sus colegas a su habitación, consumió todos los licores del minibar… Lo que no sabía era que no eran gratuitos. “Se quedó sorprendido al verlos en la cuenta”, contó jocoso.
Compártelo en tus redes: