
En 1983, el entonces diputado y destacado periodista Ercilio Veloz Burgos y quien suscribe, a la sazón regidor del ADN, hicimos un alucinación a Israel que tuvo carácter oficial y que incluyó además una peligrosa reconocimiento al Líbano, un reunión con el exprimer ministro sefardita Simón Peres y una peregrinación al Santo Sepulcro, en Jerusalén.
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Ese periplo marcó las vidas de los dos y nunca olvidaremos lo accidentado del alucinación por una tormenta en la ciudad de New York, que tuvo a punto de invadir esa experiencia sinigual.
En ocasión de ese alucinación, el doctor José Francisco Peña GómezSindico del Distrito Franquista en ese entonces, le envió conmigo una comunicación a Simón Peres, quien resaltó su amistad y asombro con el líder dominicano.
El monitor del Profesión de Relaciones Exteriores de Israel que nos sirvió de huésped, sentenció la venidero frase: “En Israel cada piedra tiene su historia”.