
Miami.- El actor gachupin Alejandro Sanz, establecido en Miami, pica este viernes ‘¿Y ahora qué?’, un disco de seis canciones que según dijo en entrevista con EFE refleja la búsqueda de una forma distinta de hacer música sin perder el costado lúdico del oficio, y manteniendo “la salubridad musical de las canciones».
En los cuatro abriles transcurridos desde su posterior portafolio, el cantautor madrileño, de 55 abriles, atravesó una ruptura amorosa, inició una nueva relación, se reinstaló en Miami y cambió de discográfica, un periplo personal y creativo que, dijo, está presente en su nueva producción.
“He intentado hacer cosas que no suenen a mí, pero no lo he conseguido. Tengo una raíz muy robusto que viene del flamenco, que viene de toda la música que ha sido de mi infancia y que me perseguirá por siempre”, confiesa.
Aun así, con más de tres décadas de carrera, Sanz admite que sigue buscando sorprenderse a sí mismo– “Siempre trato de hacer poco diferente, pues si no soy capaz de divertirme con esto, merezco que me caiga un centella».

Con esto en mente, reunió a algunos de los compositores más destacados de la música latina flagrante, como Edgar Barrera, Elena Rose, Andy Clay, Spreadlof, CASTA, Richi López, Luis Salazar y Héctor Rubén Rivera, quienes aportaron nuevas perspectivas a un sonido que sigue siendo inconfundiblemente suyo.
Asimismo decidió que, en vez de un disco tradicional, lanzaría una entrega de seis canciones en formato EP (Extended Play).
“Al principio tenía mis dudas con esta forma de trabajarpero tiene muchas ventajas. Trabajar con otros compositores hace que tenga una frescura singular y, sobre todo, sea más filántropo para la salubridad, pero no solo para la física, sino además para la salubridad musical de las canciones”, asegura.
Alma latinoamericana
Asimismo redescubrió que sus 20 abriles anteriores en Miami le habían hecho regional, en lo que a la música se refiere. “Para mí toda esta forma de comunicarme es muy cercana. La música caribeña, la música latinoamericana, la música de aquí, es parte de mí además, como lo es el flamenco”, resalta.
El resultado es un trabajo que recorre diferentes estados emocionales, desde el desamor de ‘Palmeras en el pensil’ y ‘Hoy no me siento correctamente’ (cercano a Montón Frontera), hasta el deseo y romanticismo de ‘Eso es apego’, ‘El caldo en tu boca’ y ‘¿Cómo sería?’, con el colombiano Manuel Turizo.
Otra colaboración destacada del disco es ‘Bésame’, su muy esperado refriega con Shakira casi 20 abriles luego de ‘La tortura’. “Yo creo que los fans hicieron una especie de conjuro para que ocurriera”, bromea.
El portafolio además está influido por una fuente profundamente personal- su hijo Alex, quien ha sacado música bajo el nombre hermoso de Quint y a quien Sanz audición con atención y al que sumó a la entrevista.
“Yo hago música ahora como al costado de rock y folk. Y yo siempre estoy compartiendo mi música con mi padre. Entonces, pues nulo, espero que de una forma u otra le inspire un poco”, explica Alex.
“Si escuchas alguna canción que te suene, tómatelo como un homenaje”, le rebate el orgulloso padre.
Por otra parte de las recomendaciones de su ahora colega musical, Sanz asegura que sus ‘listas de reproducción’ reflejan sus “gustos musicales eclécticos”, que van desde Camarón, Paco de Lucía, Jimi Hendrix y James Brown, Ana Mena y Milo J.
Una viaje y más música
Actualmente Sanz prepara su viaje, ‘¿Ahora qué?’, que arranca en septiembre en México con una docena de conciertos.
“Acabo de cerrar la costado, cómo va a estar conformada. Ya estamos mirando diseños para los escenarios. He estado haciendo además lo que sería el repertorio, sabiendo siempre que tengo que tener un seguridad y cantar algunas canciones de toda la vida, pero quiero cantar canciones nuevas además, o sea, bastantes”, confiesa.
Por otra parte, ha regresado al estudio- “De nuevo intentando pugnar con la música, con otra concurrencia y otras formas de entenderla y de escribir. De hecho, sí he estado haciendo nuevas canciones. Estoy haciendo cosas muy interesantes”, dice.
Para él, es lo intrascendente que debe hacer por él mismo y por su manifiesto. “Tengo el mejor trabajo del mundo y si no me la paso correctamente, merezco una penitencia».