
Por Abril Peña
En un país donde la inversión en ciencia aún es escasa, y los liderazgos femeninos suelen decidir relegados a los márgenes del agradecimiento notorio, Aída Mencía Ripley está construyendo una transformación silenciosa pero profunda.
No aparece todos los días en los medios. No exploración protagonismo. Pero su trabajo ya está cambiando vidas, instituciones… y futuros.
Ciencia con propósito
Doctora en psicología clínica, formada en República Dominicana, Nueva York y Europa, Aída Mencía Ripley es hoy vicerrectora de Investigación e Innovación en UNIBE, una de las universidades más influyentes del país.
Desde ahí ha liderado la creación de centros dedicados al estudio de la neurocognición, los biomateriales, la vitalidad total y la educación basada en evidencia. Ha impulsado el explicación de nuevos programas de doctorado y ha llevado la investigación a un motivo donde antaño no se valoraba lo suficiente: el Caribe hispano.
Pero su ojeada va más allá de los laboratorios.
Apartado, vitalidad mental e inclusión
Aída todavía dirige la Cátedra UNESCO de Estudios de Apartado Interseccional en Educación y Psicología, donde investiga cómo se cruzan el mercaderías, la pobreza, la discapacidad y otras desigualdades estructurales en la experiencia educativa y la vitalidad mental de niños, adolescentes y adultos.
Ha trabajado en proyectos pioneros sobre el estigma del VIH/SIDA, la reserva de estudiantes con condiciones especiales, el paso desigual a servicios psicológicos y el rol del trauma en poblaciones vulnerables.
Su enfoque es claro: no hay explicación verificado sin imparcialidad social.
Reconocida fuera, poco conocida aquí
En 2021, Forbes Centroamérica la incluyó entre las 100 mujeres más poderosas de la región.
En 2022, fue reconocida por el Tarea de Relaciones Exteriores por su aporte a la ciencia y la diplomacia académica.
Ha representado a República Dominicana en foros internacionales de vitalidad total, innovación educativa y políticas de mercaderías.
Y sin bloqueo, la mayoría de los dominicanos aún no saben quién es.
Una voz que merece ser amplificada
En un país que necesita con necesidad más inversión en vitalidad mental, más innovación educativa y más liderazgo inclusivo, la entorchado de Aída Mencía Ripley no es solo valiosa. Es imprescindible.
Pero para que ese impacto crezca, primero hay que visibilitarlo.
Y aceptar que el cambio no siempre se grita en titulares: a veces se construye, día a día, desde un cátedra, un paper o una política pública.
Dominicanos que cambian el mundo.
Aunque su país todavía no los celebre como se debe.