
«Toda la música que he hecho… ahora… me pertenece», dijo la cómico en una carta manuscrita publicada en su página web, en la que agradece a sus fans el «apasionado» apoyo durante su batalla para recuperar los derechos de sus primeros álbumes de estudio posteriormente de que la discográfica en la que los grabó fuera vendida.
Esto incluye, «los videos musicales, las películas de mis conciertos, el arte y la fotografía de mis discos, las canciones no publicadas, las memorias, la hechicería, la excentricidad. Cada viaje. Todo el trabajo de mi vida», explica.
«Opinar que mi maduro sueño se ha hecho sinceridad es poco», dice la superestrella de 35 primaveras que inició su carrera en la música country.
Swift habría pagado al fondo de inversión Shamrock Holdings, el posterior propietario de su música, 360 millones de dólares para apropiarse los derechos de su obra, según la publicación Billboard.
Este acuerdo pone fin a una batalla por los derechos de su música que ha durado seis primaveras, desde que en el verano de 2019 el magnate de la industria Scooter Braun compró la discográfica Big Machine, que publicó los primeros seis discos de la cómico. Braun luego la vendió al fondo de inversión Shamrock Holdings por supuestamente 300 millones de dólares.
La megaestrella del pop empezó a regrabar con enorme éxito cuatro de los seis primeros discos que llevan el sello «Taylor’s Version», en un esfuerzo por devaluar las grabaciones originales.
«Sin ataduras»
«Todo lo que siempre he querido es tener la oportunidad de trabajar lo suficientemente duro como para poder comprar algún día mi música sin ataduras, sin asociación, con total autonomía», escribe Swift.
La compositora de uno de los mayores éxitos planetarios, «All too well», agradece el «apoyo apasionado» de sus fans y a la exitosa viaje Eras Tour de dos primaveras -que concluyó en diciembre pasado con una colecta de más 2.000 millones de dólares tras 179 conciertos de más de tres horas cada uno-, que le han permitido «comprar» su música, escribe.
Asimismo, agradece al fondo de haber Shamrock que se avino a negociar con ella. «Fue un acuerdo comercial para ellos pero siento que entendieron lo que suponía para mí: mis memorias y mi sudor, mi escritura, y mis décadas de sueños», asegura.
La acalorada disputa, yuxtapuesto a la determinación de la cantante por retornar a cincelar sus primeros discos, abrió una discusión sobre quién es el dueño del trabajo de un cómico, por otra parte de las condiciones en las que los jóvenes talentos firman sus contratos.
El propietario de los lucrativos ‘masters’ -material único usado para crear vinilos, CD y copias digitales- tiene potestad para determinar cómo se venden y se reproducen las canciones.
El sello de Nashville Big Machine publicó «Fearless» en 2008, un primer gran éxito que mezclaba pop y country que le daría cuatro Grammys a Swift, incluyendo el de Mejor Portafolio del Año, y que vendió más de 10 millones de copias en Estados Unidos.
Poco antiguamente de que las desavenencias entre Swift y Braun se hicieran públicas, la destino firmó un nuevo gran resolución con el colección Universal Music que le dio el control de sus ‘masters’ de ahí en delante.