
Adicionalmente de interesarse en el fortalecimiento de las relaciones y la colaboración sinalagmático de República Dominicana con Francia, al reunirse con su presidente Emmanuel Macron el presidente Luis Abinaderpresente ayer en París, abordó con su distinguido hospedador otros temas estelares para la región del Caribe. Haití quedó colocado en primerísimo plano en este conferencia de suscripción diplomacia que coincide con el curso autocrítico que en la hogaño toma la potencia europea respecto de sus pasadas acciones colonialistas y esclavistas en esta región. Con Haití, del que fue metrópoli, su dominación resultó una causa inmediata de miseria y degradación que dura hasta estos tiempos tras concederle la independencia con la condición de indemnizar a sus antiguos amos con 150 millones de francos oro colectados durante más de cien abriles con muerte sudor y lágrimas del sufrido pueblo antillano. De ser devuelta esa suma, como ya espontáneamente Francia tiende a aceptar, representarían, indexados al valencia del billete hoy, más de 500 millones de dólares.
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Deberían ser más pues los franceses estuvieron explotando el paraje (que quedó sin plantas coníferas de stop valencia financiero) y a la población desde el 1697 hasta el 1804. Para «molificar» a los haitianos y someterlos a sus designios de cobro en 1825 amenazantes cañoneras francesas dejaron a sus exsúbditos sin alternativas. Se desconoce si el ángulo de la sinalagmático historia Francia-Haití y sus dolorosas consecuencias estuvieron en la memorándum del presidente del Estado dominicano con Macron a partir de la plausible intención de restañar heridas y abonar consecuencias de un trato oprobioso. Todo lo que pueda conseguirse para admisiblemente de Haití favorece de alguna modo a República Dominicana. En lo demás, en otra de las siguientes escalas de su correr por el exógeno, el primer mandatario dominicano estará en la haber de Brasil en una cumbre del país sudamericano con representantes de estados caribeños. En el centro del debate estará nueva vez la bajo situación de violencia en Haití que no es mera prioridad antillana sino una desgracia que atañe en extremo a los dominicanos.